Miguel Cálix Suazo (*)
James Monroe |
d) Relaciones con los
Estados Unidos de América El primer país que
reconoció nuestra independencia fue Estados Unidos, lo que fue conocido
en la
Asamblea Constituyente el 31 de julio de 1823. En consecuencia, el Poder
Ejecutivo acreditó provisoriamente a José Manuel Rodríguez como agente de las
Provincias Unidas de Centroamérica ante “el gabinete de Washington”,
quien llegó a aquel país el 8 de agosto de 1823. En marzo de 1824 se
decidió que era llegada la oportunidad de acreditar un ministro
plenipotenciario, y se designó a un miembro de la Asamblea, don Antonio
Cañas. El nombramiento fue comunicado a aquella, que lo aprobó por unanimidad
en sesión secreta del día 15 del aquel mes y año. Las
instrucciones que deberían guiar la conducta del enviado se debatieron en
la sesión secreta del 31 de marzo, de acuerdo al dictamen de
la comisión diplomática. Comprendían tres aspectos. Por el primero, Cañas
debería presentar al Gobierno de los Estados Unidos el decreto de la
Asamblea del 6 de Noviembre de 1823, “relativo al proyecto de
formarse un congreso general de todas las naciones de América”[14]. La comisión aconsejó en
el punto segundo que el número de fusiles que debería obtenerse
en Estados Unidos subiera de 10,000- que había sido el primer
proyecto- al de 20,000. Ambas conclusiones fueron aprobadas,
salvando sus votos los diputados Córdova y Estrada. Fue suspendida la
votación del punto tercero, que “sólo autoriza al Ministerio para
negociar el empréstito de medio millón de pesos: quedando el Gobierno
facultado para hacer el préstamo de los dos y medio restantes con
arreglo a la mente del decreto de la materia”. Como se sabe, la
Constitución Federal adoptada por Centro-américa se basó en la experiencia de
Estados Unidos y era lógico que nuestros primeros gobernantes pensaran
que “cualquier intervención armada de parte de la Europa, se dirigirá
a destruir esas mismas instituciones y a establecer en América el principio
de la legitimidad…se vería igualmente comprometida la existencia de esta
República”. Esta política hacía esperar al Poder
Ejecutivo que hallaría en los hijos de Washington los más decididos
cooperadores en caso de que nuestra Independencia fuera amenazada por las
potencias europeas. Esta
expectativa era realista, y se corroboró ese mismo año, en
diciembre de 1823, cuando el Presidente de aquel país, James Monroe, declaró
en su mensaje al Congreso, y con base a las sugerencias del Secretario de
Estado John Quincy Adams, que mirará cualquier intervención de alguna
potencia extranjera dirigida a oprimir o violentar los destinos de los
gobiernos independientes de América, como una manifestación de disposiciones
hostiles hacia los Estados Unidos…
Cañas fue reconocido en
su carácter diplomático por el Gobierno de Washington el 4 de agosto de 1824.
El Gobierno de la Federación extendió su primer exequátur a M. Charles
Savage, como cónsul norteamericano. El primer Encargado de Negocios, Mr. John
Williams, no llegó a Guatemala hasta mayo de 1826. Con base a documentación que actualmente se está traduciendo para el Instituto Morazánico[15], puedo decir que para 1834 el Encargado de Negocios de los Estados Unidos en Centroamérica era el señor Charles G. de Witt, quien fue muy activo e informaba permanentemente al Sr. Louis Mc Lane, Secretario de Estado de dicho país, y al sucesor de éste, Sr. John Forsyth, sobre los acontecimientos que ocurrían en Centroamérica y sobre los rumores y especulaciones políticas que se tejían entre los diversos sectores. En base a ellos, el 9 de marzo informó que se decía que Morazán era impopular “como consecuencia de las contribu-ciones recogidas anteriormente de orden suya para servicio público”. Días más tarde, el 23 de agosto, sin embargo, habiéndolo conocido personalmente dijo que “lo juzgo un hombre sagaz y quizá al fin y a la postre más ofendido que ofensor”. Luego, el 30 de julio de 1838, al entrevistarse con él sobre la negociación para la renovación del Tratado entre los Estados Unidos y Centro América, señaló de Morazán que “su amistad hacia los Estados Unidos es invariable. Me aseguró que no se debe esperar ninguna dificultad de parte del Gobierno de Centroamérica. Que si alguna alteración se introduciría en el amigable pacto que por 12 años se ha mantenido inviolado, sería ciertamente de la naturaleza que estimulara el mutuo provecho de ambos países; que estaba ansioso de no perder tiempo para abrir las negociaciones y concluyó sus atenciones ofreciendo del modo más galante una escolta que acompañase a Mr. Montgomery en su camino de regreso a su Patria, que estaría lista para cuando yo estimara conveniente solicitarla”. Dijo que pronto sería concluido un Tratado entre Centroamérica y Francia, pero que nada se haría con Inglaterra a consecuencia de ciertos reclamos que había ordenado hacer contra el Gobierno de aquél reino por violaciones del territorio de la Mosquitia y en la Bahía de Honduras. El famoso agente especial
de los Estados de Unidos en Centroamérica, John L. Stephens, escribió el 17
de agosto de 1840, al señor John Forsyth, Secretario de Estado de los Estados
Unidos, y le describió todos los pormenores que había “encontrado este país
perturbado por la guerra civil…”. Contó que se entrevistó con Morazán después
que éste había sido derrotado definitivamente por Carrera: “Estaba yo
entonces en Ahuachapán y pude verlo. Me expresó sus sentimientos de que mi
visita al país se efectuara en un momento tan desgraciado. Habló con interés
de las relaciones entre este país y los Estados Unidos, y dijo que el Tratado
hubiera sido ratificado si Mr. De Witt hubiera visitado San salvador cuando
le ofreció una escolta a ese objeto”… “De este modo el Gobierno Federal está
concluido. No hay la menor esperanza de que sea restaurado, ni que por largo
tiempo se organice otro en su lugar. Bajo estas circunstancias no considero
justificada mi permanencia por más tiempo en este país. No tuve ningún asunto
público que tratar y fue perfectamente infructuosa mi misión en todo
sentido…” e) Relaciones con Europa Uno de los primeros
cónsules nombrados por la Federación Centroamericana lo fue en Gibraltar, ya
que el 22 de marzo de 1824, a propuesta del Ministro de Relaciones Exteriores
Marcial Zebadúa se pidió a la Asamblea la categoría de Cónsul “Al
liberal español José Moreno Guerra” y que le fueran concedidos los
derechos de ciudadano, pero esto último no se aprobó. Por otra parte, la
Asamblea Nacional Constituyente decretó el 5 de enero de 1824 acreditar
representante ante los gobiernos de Londres, París y Madrid, pero la
situación precaria del erario impidió que se hiciera el nombramiento de los
miembros de la Legación en Europa. Por estas y otras circunstancias, la
República Federal de Centro América no pudo enviar su Primer Ministro
a Europa sino hasta mayo de 1826, en que Marcial Zebadúa fue reconocido como
tal por el gobierno de la Gran Bretaña. E-1) Relaciones con Gran Bretaña Después de España, los mayores problemas de Centroamérica respecto a
su soberanía se tuvieron con Gran Bretaña, situación que comenzó a
generarse a partir de la proclamación de la Independencia, al heredar un
viejo problema que los españoles había tenido con los ingleses y que había
obligado a que el 23 de agosto de 1783 el Rey de España mediante Tratado con
Gran Bretaña, permitiera a los súbditos de ésta, el corte de madera en tierra
firme de Centroamérica, pero el país beneficiario tendría que impedir
que sus súbditos desembarcaran en las Islas de la Bahía y en la Costa
Misquita. Brevemente la evolución del problema es el siguiente[16]: 1. Las dificultades se originaron por que Gran Bretaña, a la fuerza y a lo largo del tiempo, se había excedido de los límites de la concesión maderera. 2. El 21 de junio de 1823 el Brigadier Vicente Filísola denunció ante la Junta Preparatoria de la Asamblea Constituyente que los ingleses, utilizando una hábil táctica proselitista, estaban repar-tiendo en las costas impresos instructivos sobre la religión católica. 3. En octubre del mismo año se constató el establecimiento de 500 familias inglesas en el banco del Río Tinto, las que se ocupaban apresuradamente de construir casas. 4. Se informó también que en Belice se hallaba más cantidad de tropa sobre las armas que la acostumbrada de guarnición, y que se ocupaban activamente de disciplinar 250 caribes emigrados de Trujillo. 5. Al mes siguiente, el Teniente Eugenio Manuel Toledo informó al Comandante General de las armas de Guatemala que temía que “la nación británica” ocupara la Costa Norte, con “gentes del Establecimiento de Wallis”. “No me queda la menor duda –dice luego– que las familias que dejo expuestas de Izabal son las que auxilian a los ingleses del Establecimiento Británico de Wallis, con sus buques menores”. 6. Manuel de los Monteros, Comandante General, transmitió esta denuncia al Ministro Velasco, quien la remitió a la Asamblea con los comentarios respectivos, contraídos al restablecimiento de la fortificación del Golfo. 7. El 30 de noviembre de 1823 las dificultades del Erario obligaron a reconocer que sólo era posible colocar una guarnición en el Castillo del Golfo, y se desestimó la idea de fortificarlo, como lo demandaban la seguridad y el comercio nacionales. 8. Nuevos rumores inquietantes llegaron desde la Costa Norte. El 29 de noviembre el Comandante General de Omoa informó sobre el peligro cercano en que se encontraba la zona de su mando de ser invadida por 700 hombres conducidos por “el aventurero Mac-Gregor”. 9. Dos diputados de la Constituyente -Milla e Isidro Menéndez- propusieron entablar relaciones de comercio con el de Belice; pero estas sugerencias merecieron un justificado reparo del Gobierno. En nota del Ministro Velasco del 3 de diciembre de 1823 éste consideró impracticable el ajuste de un tratado por ser el de Belice “un Gobierno colonial subordinado”. 10. Velasco especuló que nada se sabía de firme sobre la actitud que Gran Bretaña podría adoptar con respeto a las Américas, “ni será Belice quien nos lo descubra, nadie se hace respetar sólo por sus derechos, si el poder y la fuerza no los hacen valer. Los comerciantes de Belice tienen interés en nuestro actual abandono y desorden”. 11. Se pensó además
formalizar un empréstito de la Federación con los comerciantes de Belice. |
*(Vicepresidente de la Academia
Hondureña de Geografía e Historia. Vicepresidente del Instituto Morazánico)
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