Un espacio de opinión crítica y constructiva sobre temas de interés nacional con un enfoque objetivo sin exclusión ni prejuicios de clases sociales, políticas, sexo o religión.

Juan Ramón Martínez

LA REPÚBLICA FEDERAL DE CENTROAMÉRICA Y LA COMUNIDAD INTERNACIONAL (PARTE III)

 

Frederick Chatfield, Cónsul Ingles


Miguel Cálix Suazo (*)

12. Los problemas comenzaron a agravarse con la aprobación de la Constitución Federal de 1824, que abolió la esclavitud de los negros que eran los cortadores de madera que ocupaban los ingleses. 

13. Las dificultades se agravaron no obstante el reconocimiento que dicha nación había hecho desde mayo de 1826 de nuestro Ministro, el señor Marcial Zebadúa. Y no obstante también, que con anterioridad los ingleses habían enviado como Cónsul General a John O´Reilly, cuyo exequátur se concedió el 24 de agosto de 1825. 

14. La falta de entendimiento también surgió con la creación por Belice, en 1828, de un impuesto de 5% sobre todos los productos centroamericanos que pasaran por ese puerto. 

15. Tales problemas se agravaron entre 1830 y 1839. En su discurso inaugural, el jueves 16 de setiembre de 1830, el Presidente Morazán dijo que si lograba destruir siquiera los obstáculos que se oponían a la construcción del Canal Interoceánico por San Juan de Nicaragua, satisfaría en parte los deseos de servir a su Patria. Los obstáculos a que se refería eran las pretensiones de ese territorio por parte de Inglaterra y otras potencias europeas. 

16. Los centroamericanos alegamos que de acuerdo con la teoría del imperio, al deponerse al Rey de España, haciendo uso del derecho de rebelión, sus tierras que en el Nuevo Mundo eran propiedad personal, no pasaban a la nación española, sino al pueblo, que ahora estaba representado por la nueva República de Centroamérica. Por lo tanto, Inglaterra tenía que reconocer que esta República era el otorgante de la concesión maderera hecha por el Rey de España en 1783. 

17. En mayo de 1830 el Superintendente de Belice hizo salir de la Isla de Roatán a algunos colonos que acababan de establecerse en ella. Esto hizo que el Gobierno de Morazán en diciembre de 1830 replicara la medida económica de Belice al establecer también un gravamen de 5% sobre los productos beliceños. 

18. Estas situaciones obligaron a Inglaterra a buscar la negó-ciación con Centroamérica de un Tratado Comercial y de Amistad, responsabilidad que le se le dio en junio de 1834 al Cónsul Británico Frederick Chatfield, que  pretendía que la República de Centroamérica garantizara los derechos de Inglaterra sobre Honduras Británica. Las confrontaciones, sin embargo, se agudizaron con la llegada de dicho diplomático. 

19. Morazán facultó que el Vice Presidente don Gregorio Salazar y el Ministro de Relaciones Exteriores, don Miguel Alvarez Castro, manejaran la política exterior, para ocuparse él de atender los constantes conflictos entre los Estados. Por eso, el lunes 10 de noviembre de ese mismo año de 1834, Salazar autorizó a don Mariano Gálvez y a don José Francisco Barrundia para que negociaran con el Cónsul inglés, pero a condición de que éste accediera a discutir la cuestión territorial. 

20. Como el funcionario británico se negó, el Gobierno Federal le indicó que no le quedaba otra salida que enviar un emisario a Londres, don Juan Galindo (de nacionalidad irlandesa). En virtud de ello el Cónsul ideó una contraofensiva con intrigas y amenazas, pero pese a ello Galindo partió de Belice a fines de abril de 1835, pero al llegar a Londres tropezó con los mismos argumentos de Inglaterra sobre el problema territorial: además, a principios de 1836, Lord Palmerston, el Secretario Británico del Exterior, le indicó que su Gobierno no discutiría el problema limítrofe en tanto que las fronteras de Centroamérica y México no estuvieran definidas. 

21. En anticipación al viaje de Juan Galindo, el Superintendente de Belice, Coronel Cockburn, a instancias de Chatfield, se apresuró a enviar a Londres a su Secretario Thomas Miller, en octubre de 1834, con instrucciones de solicitar el reconocimiento de Belice como Colonia, así como alentar la ocupación de las Islas de la Bahía. Su misión, afortunadamente para Morazán, no tuvo éxito. 

22. Nuevos malestares por la cuestión territorial se produjeron a mediados de 1836. Juan Galindo proclamó el derecho de Centroamérica sobre la parte meridiana de la Costa de la Mosquitia y envió una expedición para que ocupara Boca del Toro, una isleta disputada por Nueva Granada y la Nación Misquita, poblada por ingleses. Además, dio amplios poderes a su padre Filemón Galindo para fundar el distrito gubernamental de “Morazán”, el cual debería estar bajo la jurisdicción de Costa Rica, Estado que vio con buenos ojos esta medida no obstante el nombre del distrito. 

23. Las dificultades por la disputa territorial se acentuaron también al derogar el Consejo Privado de Comercio el impuesto maderero beliceño, en violación del derecho exclusivo del Parlamento Británico en materia de tributos. Como resultado de la medida, los cortadores de madera beliceños cumplieron la pretensión de extenderse más allá del límite del establecimiento británico: en los alrededores de Trujillo e Islas de la Bahía, en Honduras. 

24. El conflicto entre Centroamérica y Gran Bretaña prosiguió más intensamente en 1837 a raíz de asumir sus funciones el nuevo Superintendente de Belice, el agresivo, soberbio e irascible Coronel Alexander Mc Donald, quien indujo al Rey de los Misquitos a pedir a la Corona Británica protección contra la agresión centroamericana; y sin esperar respuesta, el funcionario inglés mantuvo su abusiva posición en contra del parecer de las autoridades centroamericanas, a quienes trataba con gran desdén. 

25. Mc Donald, el jueves 6 de julio de 1837, escribió a Chatfield DICIÉNDOLE QUE SI MORAZÁN SE ATREVÍA A SACAR DE ROATÁN A LAS TRES FAMILIAS IN-GLESAS, TENDRÍA QUE ATENERSE A LAS CON-SECUENCIAS. En esa misma fecha dio un ultimátum al Comandante de Trujillo conminándole a desistir de cualquier interferencia en río Limón y exigiéndole la inmediata devolución de la madera confiscada. Si rehusaba a obedecerle se vería obligado a pedir la intervención del Escuadrón Naval de las Indias Occidentales. 

26. Por parte de los defensores de Centroamérica, el 20 de julio de 1837 se publicó un artículo en Guatemala en el periódico El Editor, intitulado “El robo del territorio de la República perpetrado por los ingleses”, que se refería a la ocupación de las Islas de la Bahía. En dicho artículo se dijo que la guerra con Inglaterra era inevitable, si los ingleses continuaban “robando nuestro patrimonio”. Y agregaba: “Suspendamos nuestras relaciones comerciales con Belice y estrechemos más y más nuestros lazos con otros mercados”. 

27. El miércoles 18 de abril de 1838 (doce días antes de que Nicaragua acordara separarse de la Federación), Chatfield pidió a Lord Palmerston el envío de un buque de guerra inglés hacia la Costa del Pacífico para el mes de setiembre, cuando tendría lugar la feria anual del añil en San Salvador y en la que estaría comprometido un considerable capital británico. 

28. Otro momento de tensión se produjo el viernes 31 de agosto de 1838, cuando el Comandante de Trujillo anunció que el sábado 1 de setiembre se izaría la bandera centroamericana, en Port Royal, Roatán. El violento Coronel Mc Donald replicó que él haría frente a esta “inescrupulosa agresión” con “todo el poder de que dispongo para oponerme a que se perjudique a los súbditos británicos y vengar los ultrajes que se hagan”. 

29. El viernes 14 de setiembre de 1838 Lord Palmerston manifestó a Lord Glenleg, del Departamento Colonial, de que no había objeto de discutir con nadie los títulos de posesión de Inglaterra en la región, porque “Honduras (Británica) nos pertenece mediante el mejor de todos los derechos, el de la espada”. Y en cuanto al incidente “Trujillo Roatán” manifestó que se debía advertir a la República de Centroamérica que debía desistir de cualquier medida que pudiera conducir a una confrontación entre Gran Bretaña y Centroamérica”. 

30. Por su parte, Lord Glenleg dijo que no era suficiente una advertencia a la República; debía enviarse buques británicos para proteger a los ingleses que residían en Roatán y para arriar cualquier bandera extranjera izada en la Isla. 

31. El lunes 4 y martes 5 de marzo de 1839 para contrarrestar la invasión de los Gobiernos Aliados de Nicaragua y Honduras, que ya el miércoles 27 de febrero al mando del General Francisco Ferrera habían llegado a San Miguel para deponer a Morazán, las autoridades Federales impusieron un empréstito forzoso que también debían pagar los extranjeros; ante ello Chatfield reaccionó violentamente. Y para demostrar que hablaba en serio remitió una nota al belicoso Coronel Mc Donald, en la que le pedía hacer “una demostración de fuerza en nuestro favor”. 

32. Esta recomendación, que Palmerston trasladó al Almirantazgo condujo a la ocupación inglesa de Roatán el sábado 20 de abril de 1839, cuando la corbeta Rover de la flota de Su Majestad Británica estacionada en Jamaica, al mando del Capitán Thomas A. C. Symonds, y con el Coronel Mc Donald a bordo, llegó a Port Royal, en Roatán, y procedieron a arriar la bandera centroamericana, y en su lugar colocaron el pabellón de Gran Bretaña y tomaron prisioneros a cinco funcionarios de la isla y los condujeron a Trujillo. 

33. Para evitar una actitud firme de parte del Gobierno Federal en contra de Inglaterra a causa de estos sucesos en Roatán, Chatfield le presentó a Morazán un ultimátum el lunes 27 de mayo de 1839 en el cual insistía se hiciera un abono a los tenedores británicos de bonos. Como el Ministro Álvarez Castro solamente reconoció la obligación de la República, pero no la hizo efectiva por la carencia de recursos, el Cónsul solicitó a Londres el miércoles 5 de junio la intervención británica en los asuntos de Centroamérica, lo que repitió el viernes 5 de julio, el martes 20 de agosto y el martes 19 de noviembre, pero en esa misma fecha Lord Palmerston rechazó sus primeras tres solicitudes. Durante todo este tiempo hubo gran conmoción y exasperación en Centro-américa por la actitud intervensionista de los ingleses en Roatán. 

34. El 10 de junio de 1839 el Ministro morazanista Miguel Alvarez le dijo a Lord Palmerston que si Inglaterra pretendía la posesión de la Isla de Roatán hubiera presentado al Gobierno los títulos en que fundaba su derecho a poseerla en lugar de haberla invadido abiertamente, como lo había hecho el Gobernador de Belice. 

35. Para el mes de junio de 1839 Morazán había dejado de ser Presidente de Centroamérica y se había convertido en Jefe de Estado de El Salvador; por lo tanto, el Vicepresidente de Centroamérica don Diego Vigil el 21 de ese mes envió una carta circular a los Estados poniéndolos en guardia contra la amenaza británica, instándolos para que tomaran la iniciativa en defensa del honor nacional. 

36. En su condición de Jefe de Estado de El Salvador, en setiembre de 1839 Morazán hizo un nuevo llamamiento para solucionar en la Convención el enfrentamiento contra Gran Bretaña por el problema de Roatán. Lamentablemente, la Convención después de posponerse varias veces, nunca se reunió y el problema aludido quedó sin plantearse y  resolverse. 

37. El 28 de marzo de 1840 John Lloyd Stephens, un arqueólogo estadounidense que realizaba una misión de su gobierno, aconsejó a Chatfield que renunciara a Belice y a Roatán para que los centroamericanos volvieran a estimar a los extranjeros. Al mes siguiente Morazán se fue exilado y permaneció fuera de Centroamérica veintidós meses. 

38. Los problemas de Centroamérica con Gran Bretaña conti-nuaron mientras Morazán estuvo en el exilio voluntario y después que él regresó a liberar a Costa Rica. 

39. Apenas a tres días de haber iniciado Morazán su gobierno en Costa Rica, los ingleses decretaron combatirlo y acaso darle muerte, en respuesta a las denuncias que hizo contra ellos en la circular del 15 de febrero de 1842 dirigida a los Gobiernos de los Estados centroamericanos, ocasión en que puso en servicio un buque armado para la defensa de la soberanía. 

40. Los británicos sabían que si el ex Presidente de Centroamérica recobraba el poder en toda la República, con el apoyo del pueblo, se aumentarían las dificultades que la nación imperialista había venido teniendo con todos los Estados, particularmente a partir del jueves 12 de agosto de 1841 en que se tomaron San Juan del Norte y apresaron al Comandante del puerto, Teniente Coronel Manuel Quijano. 

41. La oposición a Inglaterra que realizaban los Gobiernos de los Estados centroamericanos cesó, lamentablemente, tan pronto como supieron del regreso de Morazán, procedente de Perú, y desde entonces la dirigieron en contra del ex Presidente Federal, “el enemigo común”. Aquí se ve claramente el resultado del trabajo de desunión que había propiciado Chatfield. 

42. La estrategia inglesa para hacer sucumbir a Morazán comenzó el sábado 16 de abril de 1842, cuando el señor Carlos Adam, Vice Almirante de la Armada Británica y el Coronel Alexander Mc Donald, Superintendente de Belice, dirigieron una nota al Gobierno de Costa Rica y a los de los demás Estados, mediante la cual exigía indemnización por “insultos y perjuicios causados a súbditos británicos” por las autoridades federales, que hacía cuatro años habían dejado de funcionar. El ultimátum era que si para el miércoles 1 de junio los Estados no habían cancelado sus saldos debidos desde 1827 y 1828, que ascendían en conjunto a treinta mil trescientos ochenta y cuatro pesos cinco reales, de los que a Costa Rica correspondían dos mil quinientos treinta y un pesos siete reales, la Armada Británica bloquearía los puertos centroamericanos del Atlántico. 

43. La medida de presión, similar a la usada tantas veces por el Cónsul inglés Frederick Chatfield, que entonces se hallaba en Inglaterra desde junio de 1840, iba dirigida a establecer el Protectorado Británico en el Litoral Atlántico, pero especialmente a darle a Morazán una señal sobre lo que la nación europea no toleraría. Mc Donald dificultó aún más las cosas al hacer ostentación de la dominación británica sobre la Isla de Roatán que había sido en el pasado una de las principales disputas de Morazán con el imperio. 

44. Así, justamente cuando Morazán se preparaba a contrarrestar los aprestos bélicos de Nicaragua para recuperar el departamento del Guanacaste en el mes de agosto de 1842, Mc Donald pidió de nuevo el desembarque de los infantes de marina en Omoa y Trujillo, en Honduras, pero afortunadamente las autoridades de Londres no lo aprobaron. 

45. En su respuesta, Morazán primeramente lamentó que las relaciones de los Estados de Centroamérica con el Gobierno de S. M. B. se hubieran llevado a los desagradables términos que manifestaba la citada nota. Señaló a los ingleses que era necesaria la previa justificación de la deuda, y que se fijara y liquidara por el mutuo acuerdo de ambas partes, porque acceder a su presión equivaldría a una intervención muy expresa y directa en los negocios interiores del país cuyo arreglo correspondía exclusivamente a sus propias autoridades.


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Sobre el autor

Mi foto
Olanchito, Yoro, 1941. Realizó estudios de profesorado en Ciencias Sociales en la Escuela Superior del Profesorado y es licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Divulgador cultural y periodista de oficio, Juan Ramón Martínez Bardales es columnista del diario La Tribuna desde 1976, medio en el que también coordina los suplementos Tribuna cultural y Anales históricos. Además, mantiene una columna en La Prensa de San Pedro Sula y una semanal en la revista Hablemos Claro.