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Juan Ramón Martínez

Costa Rica no era provincia de la Capitania General de Guatemala: EL 29 de octubre de 1821, el proceso independentista costarricense y el surgimiento de la ciudadanía costarricense. (PARTE IV)

 

Vladimir de la Cruz   

(Conferencia dada el 29 de octubre del 2020, en el marco de las actividades de celebración del Bicentenario de la Independencia de Centroamérica, organizadas por la Biblioteca Nacional “Miguel Obregón Lizano”, la Cátedra Enrique Macaya Lahmann de la Escuela de Estudios Generales, de la Universidad de Costa rica, y el Instituto de Formación en Democracia, IFED, del Tribunal Supremo de Elecciones, transmitida por Facebook Live del Tribunal Supremo de Elecciones)

JUAN MANUEL DE CAÑAS, Gobernador interino de la Provincia de Costa Rica

La Provincia de Costa Rica dependía de Guatemala en cuanto a guerra, justicia y hacienda, y de la Diputación de León, de Nicaragua, en política, economía y policía, por ello el Acuerdo tomado en León, el 28 de setiembre, que condicionaba la Independencia hasta que se aclararan los nublados del día, nos llegó junto con el Acta de Guatemala.   

Del 13 al 28 de octubre las principales ciudades y villas del Valle Central se agitaron con las noticias recibidas y por la resolución que habría de tomarse.   

El 11 de octubre la Diputación de León había acordado rectificar, con otra Acta, la Independencia de Nicaragua del gobierno español, bajo el Plan de las Tres Garantías de Imperio Mexicano, noticia que se recibió en Costa Rica el 28 de octubre,  Acta que llegó a Costa Rica la víspera de la reunión de Cartago del 29 de octubre, lo que contribuyó a tomar la decisión de la Independencia de Costa Rica, puesto que las ciudades, villas y pueblos de Nicaragua se habían declarado totalmente independientes de España.  

Esa misma noche se comunicó que a las 5 de la mañana del día siguiente, 29 de octubre, se reuniría en Cabildo Abierto la población, a resolver sobre los acontecimientos que se venían conociendo y discutiendo en los pueblos y ciudades costarricenses.  

Al declarar la Independencia de Costa Rica se ordenó enviar el Acta a la Jura de los pueblos. Mientras tanto el gobernador colonial y Jefe Político subalterno del Partido de Costa Rica, Juan Manuel de Cañas, seguía fungiendo en sus funciones.  

Cartago y la Villa de Heredia se sumaron al Plan de las Tres Garantías, que había permitido instalar el Imperio en México a cargo de Agustín de Iturbide, desde el 27 de setiembre.   

Los habitantes de San José se opusieron, pues en ellos predominaban sentimientos e ideas republicanas y liberales.   

Al amanecer del 29 de octubre, en aquel Cabildo, los patriotas reunidos acordaron jurar la Independencia absoluta del Gobierno español.  

A partir de este momento la autoridad colonial española, el Gobernador Juan Manuel de Cañas, legítimamente dejó de ejercer su poder. De un modo efectivo lo hizo a partir del 12 de noviembre de 1821, luego que los Ayuntamientos de San José y Alajuela, el 5 de noviembre habían dispuesto que el gobernador colonial debía ser removido, convocando a la integración de la Junta de Legados.   

El 30 de octubre el Ayuntamiento de San José declaró que los pueblos de Costa Rica habían recobrado su libertad natural y sus derechos fundamentales, rechazó el Plan de Iturbide y llamó a establecer una Junta Provisional de gobierno. La Junta de Legados instalada el 12 de noviembre fue la que recibió la renuncia del Gobernador Juan Manuel de Cañas, y desconoció su autoridad, considerado como un hombre de carácter despótico, intolerante, violento, de procederes arbitrarios y opresivo del pueblo costarricense.  

Los documentos de 15 de setiembre de Guatemala y del 28 de setiembre de León, se conocieron en los pueblos, villas y ciudades de Costa Rica. Apasionadamente los costarricenses los discutieron en bandos a favor y en contra; a favor de la independencia absoluta o en contra de ella; o a favor o en contra del anexionismo al imperio mexicano de Agustín de Iturbide, quien el 27 de setiembre había instalado el Imperio.  

El 28 de octubre, cuando ya se sabía de esta situación, el Ayuntamiento de San José se opuso a apoyar el anexionismo y rechazó el Plan de Iguala o de las Tres Garantías, que aseguraba la conservación de la Iglesia Católica, la Independencia del Virreinato y la unidad de españoles y mexicanos. Este Plan se había publicado en febrero, se había firmado el 24 de agosto y permitió la instalación del Imperio el 27 de setiembre.  

Nicaragua había reaccionado y al 28 de octubre todas las ciudades, villas y pueblos se habían declarado totalmente independientes de España.  

Así, el 29 de octubre de 1821, afirmamos una vez más los sentimientos de libertad, independencia y soberanía; igualdad, legalidad y fraternidad que inspiran y conforman la sociedad republicana y liberal que constituimos, los costarricenses, en el Estado Social y Democrático de Derecho que hoy vivimos.   

El 1º de noviembre el Ayuntamiento de San José declaró que esta ciudad era libre e independiente y reconoció únicamente la autoridad del Ayuntamiento y la de la Diputación que nombró para consolidar el Gobierno.   

El 5 de noviembre se instaló la Junta de Legados en Cartago, con carácter de Gobierno Provisional de la Provincia.  

Lo acordado el 29 de octubre de 1821, es la Declaración de Independencia de Costa Rica, la que puso punto final al dominio colonial español y abrió el camino hacia la formación republicana y el Estado de Derecho que se empezó a gestar a partir de esta fecha.  

Ese mismo día,  29 de octubre de 1821, el emperador Agustín de Iturbide, por medio de su Canciller o Primer Ministro José Manuel de Herrera envió una carta al Capitán General de la Junta Provisional Consultiva de América Central, Gabino Gaínza y Fernández de Medrano, cuya Junta presidía a los delegados representantes de las provincias de ChiapasSan SalvadorHondurasNicaragua y Costa Rica, con la propuesta de unirse al Imperio mexicano de acuerdo a las Tres Garantías de los Tratados de Córdoba.   

El 5 de abril de 1823, se produce en Costa Rica la Guerra Civil de Ochomogo, en la que se encuentran anexionistas al Imperio mexicano e independentistas, triunfando los republicanos independentistas. Este evento militar hay quienes sostienen que es el momento en que se define la Independencia de Costa Rica. El acuerdo de anexión existente al Imperio Mexicano se volvió ineficaz puesto que el 19 de marzo de 1823 Iturbide había abdicado a la corona mexicana, noticia que no había llegado a Costa Rica para el momento del conflicto. La abdicación de Iturbide condujo a que las Provincias del Imperio se separaran, y que Chiapas, que había pertenecido a la Capitanía General de Guatemala, se quedara agregada a México.  

Los partidarios de la independencia de las provincias del antiguo Reino de Guatemala, lograron que el Jefe Político Superior, Vicente Filísola (18221823), nombrado por el Imperio Mexicano, convocara un Congreso de las Provincias Centroamericanas.   

El ambiente seguía agitado en los territorios de la antigua Capitanía. El 3 de mayo de 1823, consultas populares en las cuales Chiapas y el Partido del Soconusco se pronuncian por la unión a México, lo que motiva a la apertura de la Asamblea Nacional Constituyente, en la ciudad de La Nueva Guatemala de la Asunción, el 24 de junio de 1823, a la que no asiste Chiapas, situación que produjo una tensión militar entre Guatemala y México.   

El 30 de junio de 1823 se realiza el Congreso Constituyente de México, que produjo la ruptura de las condiciones por las cuales las Provincias Unidas de Centroamérica se habían integrado al Imperio Mexicano, creando las condiciones para avanzar hacia la constitución de la República Federal de Centroamérica, lo que se amarró el 22 de noviembre de 1824, la Constitución Federal, que nos reconocía como un Estado dentro de la Federación, que ya habíamos nombrado el Jefe de Estado desde el 6 de setiembre de 1824.   

Así el 1º. de julio de 1823 la Asamblea Nacional Constituyente de las Provincias Unidas del Centro de América declaran que son “libres e independientes de la antigua España, de México y cualquiera otra potencia, y que no son ni deben ser patrimonio de persona ni familia alguna”. Esta es otra fecha que marca la Independencia, que nos toca, pero a la vez nos subsume en una organización estatal regional, que nos desdibuja como país independiente mientras permanezcamos en las estructuras unionistas o federalistas centroamericanas.   

Las Provincias Unidas de Centroamérica, afirmando la Independencia y la Libertad, el 24 de abril de 1824, por gestión del Prócer José Simeón Cañas, abole la esclavitud en los territorios de Centroamérica, declarando en libertad a los esclavos que habitaban en el territorio, y declarando que nadie puede nacer esclavo, y que los esclavos que huyan de otros territorios donde son esclavos se les reconocerá como libres. Antes que Centroamérica la abolición de la esclavitud fue declarada en la ciudad de Guadalajara, en México, en 1810, en Chile, en 1811 se declara la libertad de vientres con lo cual a partir de ese momento, los hijos que nacían de esclavas serían libres, y luego, en 1823, se declara abolida la esclavitud. En las Cortes de Cádiz el Dr. Florencio del Castillo se distinguió en esta lucha. En 1813 Las Provincias Unidas del Río de la Plata acordaron la abolición de la esclavitud. Sin embargo, se puede entender que el Acta de 15 de setiembre de 1821 abolió la esclavitud al romper con España, y lo que ello significaba en ese sentido.  

A pocos días declarar la Independencia de Costa Rica el 22 de octubre de 1821. Pablo Alvarado Bonilla, Prócer de nuestra Independencia y de la Centroamericana, se había dirigido a los “Ciudadanos” de Costa Rica, dándole trato de ciudadanos, toda vez que él mismo llamaba a desconocer la autoridad colonial desde el mismo 15 de setiembre, recordándoles su lucha, su apresamiento “por la brava lucha por la Independencia”, donde él mismo se reconoce como “ciudadano”, y les exalta a declarar la Independencia, como lo había hecho en otra nota, el 22 de setiembre, dirigida a los ayuntamientos de Cartago y San José.  

El 29 de octubre de 1821 es la fecha que en Costa Rica debemos celebrar la Independencia nacional, porque es cuando aquí se toma la decisión de romper con el orden colonial español, de manera absoluta, de desconocer a las autoridades españolas, de integrar los primeros gobiernos propios, provisionales, y de establecer el 1º. de diciembre de 1821, la primera Constitución Política de Costa Rica, la del Pacto Social Fundamental Interino o Pacto de Concordia. En este Pacto o Constitución se afirmó la Independencia cuando allí se establece que “Costa Rica está en absoluta libertad y posesión exclusiva de sus derechos para constituirse en nueva forma de Gobierno, y será dependiente o federada de quien le parezca, y se reconoce y respeta la libertad civil y demás derechos naturales y legítimos de toda persona”, y hace surgir un régimen de elección popular.  

Si el Acta del 15 de setiembre de 1821 hizo surgir la ciudadanía en Centroamérica, el Acta del 29 de octubre de 1821, de Cartago hizo surgir a la ciudadanía costarricense. Dejamos de ser súbditos, sumisos, es decir sometidos, y vasallos, según la dependencia política, económica y social que se tenían al interior del régimen monárquico.   

La Independencia hizo surgir a los Hombres libres de Costa Rica. Si carecíamos de posibilidad de expresar la voluntad política, la Independencia nos dio la Voluntad Política, la Soberanía, para tomar decisiones políticas propias, y para ejercer el derecho de representación política, como forma suprema del Poder Popular. La Independencia nos dio Derechos y Libertades y la posibilidad de gozarlos y ejercerlos  

Mención especial merece el costarricense Pablo Alvarado Bonilla. Se reconoce en él al primer insurrecto por la Independencia en Centroamérica.   

Joven de 23 años, de ideas republicanas. Era cartaginés, nacido en 1785, de uno de los últimos Alcaldes de Cartago, Tomás de Alvarado y de María del Rosario Bonilla de Laya y Bolívar. Su padre posteriormente fue Teniente Gobernador de la Villa Nueva de la Boca del Monte, actualmente San José. Su familia era numerosa, compuesta por nueve hermanos. Compartía anhelos políticos con uno de ellos, con José Antonio, quien se dedicó al sacerdocio y también fue diputado al Congreso de la República Federal Centroamericana, igual que Pablo, quien también fue diputado.   

Pablo Alvarado mostró interés por la educación desde niño. No teniendo oportunidades de estudiar Medicina en Costa Rica fue enviado en 1807, por su familia a Guatemala, donde abrazó la causa de la Independencia.   

Su lucha y compromiso, sus pasajes por la cárcel y las detenciones, hizo que se graduara de Médico hasta 1823.   

Desde Guatemala siempre pensaba en Costa Rica. Nunca estuvo desligado de este suelo.   

Con motivo de la proclamación del Acta de Independencia de Guatemala, de 15 de setiembre de 1821, Pablo Alvarado envió un Manifiesto “A los costarricenses”. Y, durante el proceso de la proclamación de Independencia de Costa Rica estuvo ligado, y muy de cerca, a los sucesos que la iban definiendo.   

Cuando regresó a Costa Rica, después de dejar la Diputación Federal, se dedicó a la medicina hasta su muerte en 1850.   

Tenemos, al recordar esta fecha 29 de octubre de 1821, dos deudas históricas. La primera, erigir un gran Monumento a Pablo Alvarado, nuestro Prócer de la Independencia y, la segunda, levantar un gran Monumento alusivo a la Independencia de Costa Rica.   

En todo el territorio nacional no tenemos un solo Monumento en estos sentidos. Esta debe ser nuestra meta histórica hacia la celebración del Bicentenario en el 2021.  

 

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Sobre el autor

Mi foto
Olanchito, Yoro, 1941. Realizó estudios de profesorado en Ciencias Sociales en la Escuela Superior del Profesorado y es licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Divulgador cultural y periodista de oficio, Juan Ramón Martínez Bardales es columnista del diario La Tribuna desde 1976, medio en el que también coordina los suplementos Tribuna cultural y Anales históricos. Además, mantiene una columna en La Prensa de San Pedro Sula y una semanal en la revista Hablemos Claro.