Juan Ramon Martínez
I
En los días comprendidos entre el 30
de octubre y el 2 de noviembre de 1998, Honduras fue afectada por la tormenta y
la cola del huracán Mitch. Este fenómeno climático, destruyó la red vial del
país en cerca de un 90%, destruyó pueblos enteros – caso de Morolica en el
departamento de Choluteca – y suprimió de partes de la ciudad capital como fue
el caso de la colonia Soto. Gobernaba el país, el Presidente Carlos Flores que
impuso un liderazgo que atrajo las miradas compasivas de la comunidad
internacional de donantes y que impulsara posiblemente los dos resultados mas
importantes: la estrategia de la pobreza y la condonación de la deuda externa.
Esta ultima fue cerrada en el gobierno de Maduro, en tanto que la segunda fue
dilapidada, en gastos nos previstos, por la administración de Manuel Zelaya
Rosales. La cifra total de los fallecidos, es todavía un misterio, porque no se
han hecho estudios documentales, usando el registro de las personas. El
fallecido mas destacado fue el alcalde de la ciudad capital Doctor Cesar
Castellanos que, mientras volaba el 1 de noviembre, inspeccionando los daños
provocados por las lluvias, en un helicóptero de la Fuerza Aérea capitaneado
por el mayor José Arnaldo Miranda, el camarógrafo Geovanni Sánchez y el
ingeniero Arturo Calona, Jefe de división de infraestructura de la Alcaldía de
Tegucigalpa se precipitó a tierra, por fallas mecánicas, en las cercanías del
Metro Mall. Un monumento que recordaba el acontecimiento ha sido retirado por
el actual alcalde capitalino.
II
El 1 de noviembre de 1908, murió en
El Salvador, a los 33 años edad, Juan Ramon Molina, la más alta voz poética del
país. Había nacido en Comayagüela el 17 de abril de 1875. Fue hijo del
matrimonio formado por Federico Molina y su esposa Juana de Molina. Su padre
había nacido en Aguanqueterique en el departamento de la Paz. Participo
activamente en la vida política del país y ocupo cargos en el gabinete
presidencial de Manuel Bonilla, siendo antes de los veinte años, vice ministro
de gobernación. Cuando ocurrió su muerte, había salido del país, después de la
caída del gobierno de Bonilla, víctima de una coalición de liberales y el
gobierno de José Santos Zelaya, en marzo de 1907. Su muerte a los 33 años, es
posiblemente la mayor perdida sufrida por Honduras en términos literarios. En
otras circunstancias, Juan Ramón Molina, le habría dado mucho mas lustre a este
país de fusil y caza, al decir de Pompeyo del Valle, demostrando su talento en
el exterior y modificando con su verbo y su talento, la vida rural y aldeana de
la Honduras de entonces.
III
El 30 de octubre de 1957, informo el
diario El Pueblo, vocero del Partido Liberal de Honduras que “el diputado Lem
Mac. Nabb, diputado nacionalista por el departamento de Islas de la Bahía, ante
la Asamblea Nacional Constituyente, manifestó que había dirigido al presidente
del Consejo Ejecutivo Nacional del Movimiento Nacional Reformista, una
comunicación en la cual renuncia como miembro de aquella agrupación” (Alexis
Oliva, Gobernantes de Honduras Siglos XIX y XX, pág. 20). Al renunciante la
llovieron las críticas, porque, además, inclino su voto hacia el Partido
Liberal. Una de las acusaciones en su contra fue que era un traidor a su
partido y se le llamo tránsfuga. El respondía que entre ser traidor a un
partido o a Honduras, el prefería ser fiel al país. Fue el primer caso en que
se produjo el fenómeno del cambio de un diputado de un partido a otro.
Posteriormente, se han producido otros casos más. Incluso de partidos que han
renunciado a su independencia para entregarse en obscuras alianzas para
controlar los órganos del poder electoral, especialmente.
IV
El viernes 1 de noviembre de 1957, el
diario El Nacional, reporto que los directivos de la Asamblea Nacional
Constituyente, encabezados por su Presidente doctor Ramon Villeda Morales, se
reunieron en el Salón Azul de la Casa Presidencia, con los miembros de la Junta
Militar de Gobierno –General Rodríguez, Coronel
Caracciolli y Mayor Gálvez Barnes – y alto miembros de las Fuerzas
Armadas, para hacerle entrega a la primera, el decreto de reconocimiento a los
miembros de la Junta Militar de gobierno que había depuesto a Julio Lozano el
21 de octubre de 1956 y convocado a elecciones para una constituyente que tenia
como tarea principal la redacción de una nueva Carta Constitucional. El Mayor
Roberto Gálvez Barnes pronunció las palabras de agradecimiento de parte de la
Junta Militar de Gobierno al Presidente de la Asamblea Constituyente doctor
Villeda Morales. Se había iniciado el cortejo de los liberales a los militares,
para lograr que la Constituyente además de su tarea principal, eligiera en
elecciones de segundo grado al Presidente Constitucional de la Republica. Los
liberales temían a una nueva elección, porque los nacionalistas habían superado
sus diferencias fundamentales y anticipaban que, siendo Juan Manuel Gálvez, el
candidato podrían perder el favor del electorado. Por lo que, posiblemente ya
habían iniciado las primeras negociaciones para evitarlas, dando a los militares,
verdaderos árbitros del poder para entonces, más de lo que habían pedido a
cambio que les dejaran elegir a Villeda Morales como presidente de la Republica.
Les negociaciones fructificaron. Roberto Gálvez Barnes renuncio de la Junta
Militar, siendo sustituido por Osvaldo López Arellano. Antes había dejado la
calidad de miembro de la misma, el general Rodríguez. Y Villeda Morales fue
elegido el 15 de noviembre de 1957 Presidente Constitucional de la Republica,
para un periodo de seis años. Como parte del compromiso con los militares, los
diputados liberales nombraron al coronel Osvaldo López Arellano, como Jefe de
las Fuerzas Armadas. Una suerte de copresidente de la Republica. Los primeros
pasos para el 3 de octubre de 1963, se estaban dando, pero los liberales
eufóricos, entusiasmados por el poder, de donde los había sacado el general
Carias en 1933, no se dieron cuenta.
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