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Juan Ramón Martínez

Academia Hondureña de la Lengua presentó “Cuentos Recogidos de la Tradición Oral”

 La Academia Hondureña de la Lengua presentó el viernes 4 de diciembre el libro: “Cuentos Recogidos de la Tradición Oral” del escritor danlidense, Luis Hernán Sevilla. El libro es producto de una ardua investigación que recoge cuentos de nuestra tradición oral; está dividido en historias de Pedro Urdemales, Tío Conejo y Tío Coyote, Juan Tonto, El Sisimite, personajes mágicos, cuentos de Quevedo, Héroes, Juan Haragán, cuentos humorísticos y otros; asimismo incluye como apéndice un vocabulario del habla popular.

La Academia Hondureña de la lengua, en su constante afán de acrecentar nuestra identidad nacional, ha publicado este libro que refleja y analiza la idiosincrasia de una serie de historias y cuentos populares tal como las ha asimilado nuestro pueblo.

Este importante acto dio inicio con las palabras de bienvenida del Lic. Juan Ramón Martínez, director de la AHL, donde destacó la importancia de publicar este tipo de libros que incrementan nuestro conocimiento de la identidad del hondureño. Asimismo, destacó la importancia de los estudios históricos y del folclore que realizó el destacado escritor Sevilla.

El vicedirector de la AHL, el Dr, Nery Alexis Gaitán, leyó la hoja de vida personal y literaria del escritor danlidense e hizo énfasis en el valor que tiene la obra investigativa en el contexto del reconocimiento de nuestra identidad nacional.

Al acto asistieron cuatro hermanos del escritor Sevilla, y la destacada dramaturga, Mirian Sevilla, relató anécdotas de su hermano en la búsqueda de información por nuestros pueblos y aldeas. Finalmente, el académico, Aníbal Puerto, hizo una semblanza del escritor Sevilla al haber sido compañeros en la UNAH.  El acto concluyó con un respectivo vino de honor.

Biografia de escritor Luis Hernán Sevilla Rojas

Buenas tardes:

Señor Director de la Academia Hondureña de la Lengua

Lic. Juan Ramón Martínez

Hermanos del escritor Luis Hernán Sevilla Rojas.

Señores Académicos de la AHL

Amigos y amigas:

Con enorme satisfacción procedo a leer la hoja de vida personal y literaria del escritor Luis Hernán Sevilla, quien nació en Danlí el 10 de junio de 1938, falleció el 18 de junio de 1988.  Fue catedrático, historiador y acucioso investigador histórico y del folklore. Incursionó en la prensa nacional donde enfocó diferentes tópicos relacionados con la historia de Honduras y el folklore. Fue Maestro de Educación Primaria, Bachiller en Ciencias y Letras. A nivel universitario obtuvo los siguientes títulos: Lic. En Ciencias Jurídicas y Sociales, UNAH. Lic. en Teología Universidad Landívar, Guatemala. Lic. en Letras, Escuela Superior del Profesorado, Francisco Morazán. Debido a su muerte no pudo completar sus estudios de Profesorado en Ciencias Sociales. Perteneció a la orden de los Jesuitas en Guatemala y El Salvador. Fue secretario de la destacada novelista Doña Lucila Gamero de Medina, quien era su tía abuela. En 1967 publicó Antología de Poetas Danlidenses. Fue colaborador de la Enciclopedia Histórica de Honduras en 1988 y de la revista literaria Tragaluz. Contaba con una extensa y exquisita Biblioteca que heredó a su familia. Lastimosamente murió a la temprana edad de 50 años.

Como vemos, fue un escritor polifacético, con un ansia sin medida por el conocimiento. Y con un profundo amor por su ciudad y por su patria. ¡Cuánta necesidad tenemos de que hayan historiadores e investigadores folclóricos a lo largo y ancho de nuestro país. Honduras tiene una gran deuda con el escritor Luis Hernán Sevilla Rojas, quien invirtió su vida en el rescate de nuestra identidad nacional y a dar a conocer la historia de la Ciudad de las Colinas que tanto amó.

Para que conozcamos el impacto positivo de este escritor, transcribiremos algunas partes del también escritor Armando Méndez Fuentes que vino desde New York a conocerlo y tituló su trabajo: “Visita al Quijote más célebre de Danlí”. “En la primavera del año 1986, muy arraigado imitando al legendario Quijote viajero español; al fin logré la tan esperada decisión de viajar a Danlí sobre mi flamígero rocinante internacional con el ideal único soñado de enfrentarme cara a cara con el Quijote más célebre de Danlí y posiblemente de Honduras. Se trata del afamado perspicaz escudriñador, de viejos infolios nacionales y españoles incluso del continente americano, don Luis Hernán Sevilla. Este hondureño tan original es un personaje de elevada categoría intelectual que ha sabido aprovechar su valioso tiempo viviendo dichosamente la vida rutinaria en una forma asombrosa; por haberse pasado toda su enérgica juventud ejemplar, totalmente consagrado al estudio profundo y a la inmensa meditación constante… diríase un insólito monje cartujo; de un molde extraño y nada común.

Dinámico Quijote que ha podido encarnar individual; a su frenética época; penetrando con solemnidad al estudio como muy pocos lo saben hacer, releyendo sus libros raros de su voluminosa biblioteca. Este incansable Quijote; casi todo lo ha estudiado. Casi todo lo ha querido saber… casi todo lo ha intentado. Casi todo lo ha logrado meditar como Plinio el joven en los famosos templos de Apolo y de Minerva, lamentándose siempre en sus largos y frecuentes éxtasis que nuestra vida sea tan corta, dislocada, problemática, llena de tantas injusticias e infamias y que solamente se vivirá con una increíble brevedad intolerable, resultándole inaceptable que los viejos árboles de su jardín hogareño hayan vivido tanto tiempo y que vivirán muchos más años que él, lo cual le parece una injusta desdicha ser de carne y hueso y no poseer considerándose digno; la agraciada posibilidad divina de ser mejor un Dios inmortal; para continuar descubriendo las fuentes preciosas de la infinita sabiduría inagotable… teorías de su contagioso quijotismo, porque Luis Hernán Sevilla en algunos de sus aspectos internos; muy pocas veces revelados a la sociedad hondureña y a las multitudes ordinarias por ciertas temporadas al observar conmovido los acontecimientos de su pobre patria, se manifiesta absolutamente un Quijote extraterrestre,… identificándose con sus producciones; con aquella recia invulnerabilidad de prestigio que supieron animados demostrar sin perturbarse, sus congéneres ilustres Esteban Guardiola Cubas, Rafael Heliodoro Valle y Froylán Turcios.

Para ahondar lúcidamente en el asunto que podía quedar sin terminar, necesitamos el sabio análisis expositivo de J.M. Charcot, de Breuer, o de un Janet, caracterizando con los mismos intentos determinantes este caso quijotesco de Hernán Sevilla, la capacidad clínica observadora penetrante de mi amigo el poeta Daniel Laínez con sus acostumbrados juicios avasalladores que supo hacerlo con tanto talento positivo; en su exactísima obra de juicio final literaria: MANICOMIO. Si el Quijote de Danlí, hubiera escrito en la época del gran poeta Laínez, no dudo, estaría colocado en un elevado pedestal como un auténtico Quijote por sus fuertes cualidades peculiares y por las sabias razones culturales que ha sabido exponer siempre en las revistas y en la prensa importante del país.

El profundo amor a la patria; la técnica valiosa ilustre y el estilo depurado que tenían aquellos escritores del dichoso ayer, no la tienen los de hoy. Los del ayer, en sus estructuras y luchas prosísticas, llegaron incluso a arrojar verdades a los dictadores de Centro América y del mundo. Tampoco tuvieron miedo a la opinión pública, a los peligrosos censores; y a los periodistas intransigentes de almas vacías en donde nunca reinaron esas reinas soberanas que se llaman: La Erudición y La Cultura Polifacética… Este Quijote, Luis Hernán, encuentra y está convencido como buen patricio, que Dios, la patria y el arte están primero; y que su gran sueño idealístico es amar y ser amado; siendo más de su predilección, si se trata de seres selectos. El célebre Quijote todavía no ha olvidado de que El Cristo Divino una vez dijo: “Cualquiera que viene a mí, no le echo fuera”. Muy confortado; con esas bellas palabras de vida, no ha permanecido inactivo en el lodazal de la sociedad hipócrita y cual un nuevo Martín Lutero, Miguel Hidalgo y José María Morelos viaja con nuevos movimientos por distintas regiones de América sobre su inseparable rocinante desplegando activamente al viento las delicadas banderas del Evangelio Eterno; El Amor, ese amor maravilloso de Cristo que no se vende y no se compra, y La Justicia Celestial y los Sagrados Ideales que le obsequió generoso el Divino Maestro de Galilea.

Decía Méndez Fuentes, hace más de 20 años, sostengo relaciones epistolares provechosas con el doctor en leyes Luis Hernán Sevilla. Editor incansable de ensayos excelentes y de obras valiosas; batallando desde hace mucho tiempo por zonas vanguardistas históricas de nuestra Honduras, sabiendo señalar con verdadero honor; su merecido puesto distinguido documental en la historia hondureña a veces desequilibrada, confusa y mal escrita, colaborando en provecho grandioso de nuestro pueblo tan necesitado de contagiosas luces ilustres benefactoras. Este Quijote, indiscutiblemente es un gran investigador a la sobria manera volteriana, colocando bastante bien ordenadas las cosas extraviadas, dudosas, y otras analogías que tienen que ver con los acontecimientos sociales, artísticos e históricos de nuestra patria desprestigiada y hasta por ciertas obras y folletos mal impresos del hoy desastroso bibliográfico que lanzan algunas casas editoras.

Luis Hernán Sevilla, auténtico representativo vigilante; de nuestra cultura nacional y aclarante expositor sereno de los extraviados fastos hondureños, ha tratado siempre con insistencia destacada; para revelarnos mejor, nuestra todavía desorientada e insatisfecha paleografía nacional sin abstenerse de nuestra ciencia maya; por algunos inéditos privados que atesora, sabiendo que le interesa bastante y apasiona con profunda emoción nuestro incomparable Copán; a los facultados sabios arqueólogos de Europa y Estados Unidos. Este Quijote sabe, que nuestro asunto arqueológico copaneco todavía no ha quedado lo suficientemente claro; (agregando los nuevos descubrimientos) para detallar el auténtico significado en algunos aspectos científicos como lo han sabido hacer entusiastas en muchos procesos arqueológicos el afanosísimo norteamericano John Stephens y el incansable erudito mejicano José Díaz Bolio. Sevilla, humanísimo Quijote, estudia consecutivamente El Popol-Vuh; esa Biblia divina del pueblo Maya, consulta el Diccionario de la Lengua Maya, Los Jeroglíficos Cronográficos Mayas, los Códices Troano, Borgia, Dresde, Férjérvary, y el Cortesiano. Este mayólogo Quijote en algunas de sus rituales noches copanecas; goza cuando contempla las danzas misteriosas de la gran serpiente de Quetzalcoatl por sus sabios movimientos; mientras tanto su alma dolorosamente herida sufre y protesta categórico al tener conocimiento que aún ciertas ciudades mayas están sepultadas en la selva hondureña… mientras añora con inmenso pesar la ciudad santa de Itzmal; la orquídea arqueológica entre todas las famosas ciudades mayas. ¡Oh Itzmal, linda orquídea pétrea de maravillosos pétalos, deshojados con ignorante descaro; en las manos destructoras del fanático Diego de Landa!…

Al leer detenidamente la obra del Quijote de Danlí, “Cuentos recogidos de la tradición oral”. Víctor Cáceres Lara afirmó: “Constituye un valiosísimo aporte en su obra de rescate de tan importante valor cultural. Todos los materiales que usted ha compilado con extraordinario talento y celo, he leído con sumo detenimiento, felicitándolo por su magnífico trabajo organizado”. El ensayista Eliseo Pérez Cadalso le obsequió la obra Bibliográfico-Continental. Diccionario de Autores Iberoamericanos. También la obra cuentista del señor Cadalso El Rey del Tango con la siguiente dedicatoria: “A Luis Hernán Sevilla, recordado ex discípulo y erudito colega”. El Boletín de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras con meritorio juicio aprobado por miembros responsables ha dado a la publicidad valiosos conceptos por la gran obra del capacitado Sevilla; que sabe elevar muy alto y tan dignamente el pabellón de las cinco estrellas. El poeta de Comayagua Edilberto Cardona Bulnes lo llama: “El Duendecillo de la Literatura Hondureña”. Al terminar Sevilla su largo noviciado estudiantil en Guatemala, en un poema de despedida el estudioso salvadoreño Salvador Llanes declamó: “Y, dame la erudición de Fray Luis Hernán Sevilla”. El señor director del Semáforo; tocante a los temas sexuales publicados por Sevilla ha declarado: “Luis Hernán Sevilla, les sabe sacar chispas y luceros”. Por medio de la Secretaría de Cultura y Turismo a través de la Dirección General de Cultura y financieramente apoyado por la Organización de los Estados Americanos; cooperó en un importante disco que se llama: HONDURAS. (Música Folklórica). Indígena (Misquitos), Garífuna (Negra Caribe), Campesina (Criollas). Son tradicionales voces musicales, dulcemente se oyen inspiradas en ese bello disco. Gran esfuerzo del profesor Sevilla con otros artistas hondureños; tratando de dar a conocer por tierras de América el divino arte tradicional hondureño. Vayan muy altas felicitaciones y los más calurosos aplausos cordiales al Quijote investigador de Danlí a quien dedico el siguiente soneto mío:

LUIS HERNÁN SEVILLA

Alma llena de encanto afectivo

que ama a su patria con finura,

su prosa bella refleja la hermosura,

del ayer fugaz; tan positivo…

Sus frases cuentan con profusión

leyendas, recuerdos, de nobles reflejos;

cuentos de poeta, ecos de erudición,

amores; que el tiempo llevó tan lejos…

Algunos artistas ignoran estas cosas,

que al Artista; perfuman como rosas

logrando llegar al Eden añorado.

¡Pinta sucesos con verso canoro,

en raros ensayos; que valen oro,

por eso; tanto lo he admirado!

Armando Méndez Fuentes

Tomado del libro “Danlí en el Recuerdo” de Darío González (1988).






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Sobre el autor

Mi foto
Olanchito, Yoro, 1941. Realizó estudios de profesorado en Ciencias Sociales en la Escuela Superior del Profesorado y es licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Divulgador cultural y periodista de oficio, Juan Ramón Martínez Bardales es columnista del diario La Tribuna desde 1976, medio en el que también coordina los suplementos Tribuna cultural y Anales históricos. Además, mantiene una columna en La Prensa de San Pedro Sula y una semanal en la revista Hablemos Claro.