OFICINA DE SALUBRIDAD
DE LA CIUDAD DE PUEBLA
AL PÚBLICO
A efecto de limitar
hasta donde sea posible los estragos que
pueda causar entre los habitantes de esta Ciudad la epidemia que empieza
a manifestarse, la junta de salubridad de este Municipio cree
necesario hacer conocer al público las medidas
más urgentes que deben tomarse para evitar en lo posible la
propagación de la enfermedad y disminuir la gravedad de los individuos
atacados.
Con objeto de
precaverse, se recomienda a las personas
sanas, que no concurran a lugares de
reunión, tales como cines, teatros, Templos etc. Evitar así mismo las visitas a casas o
habitaciones donde existan enfermos.
Abstenerse de excesos de toda clase, procurando especialmente no
exponerse a enfriamientos, no desvelarse, dormir el tiempo necesario para la
reparación de las fuerzas y tomar alimentos sanos y sencillos, evitando todo
exceso alcohólico.
Todas las personas,
pero muy especialmente la que estén obligadas a ponerse en contacto con
enfermos de gripa deberán, cada vez que
toquen al enfermo, lavarse las manos cuidadosamente con jabón; Secarlas y
frotarlas durante algunos minutos con un lienzo de algodón empapado en alcohol
de 90. Harán la desinfección de la
nariz, poniendo en el interior de esta, varias veces al día, de una pomada
compuesta de vaselina, ácido bórico al 4 por ciento y thymol al 1 por ciento.
La boca se desinfectara
con frecuencia haciendo buches y gargarismos con una solución de agua oxigenada
al 1 por 10, de glicoshymolina al 1 por 6, o de hidrato de cloral al 1 por
1000. Es de recomendarse como muy
importante el aseo corporal y el cambio
frecuente de ropa.
El Consejo Superior de
salubridad de México y algunas autoridades sanitarias europeas, recomiendan
como preservativo el uso del zumo de limón tomado con agua o con infusiones aromáticas o de té. Se recomienda así mismo como preservativo el
uso de uno o dos gránulos de sulfuro de calcio de 1 centígrado cada cuatro o
cinco horas.
Cuando una persona se
sienta afectada por los primeros síntomas de la enfermedad, especialmente
cuando ésta comienza con catarro intenso,
tos y calentura, deberá ponerse inmediatamente en cama tomar un purgante
de 30 gramos de sulfato de sosa, o de
40 gramos de aceite de palmacristi. Si la enfermedad reviste un aspecto benigno
al enfermo podrá tomar sulfato de quinina una crústula de 10 cent. Y 20 de
aspirina cada 3 horas. En la noche se
provocará el sudor por medio de bebidas calientes ligeramente alcoholizadas y
fricciones estimulantes hechas por ejemplo con linimento amoniacal. Pero si los síntomas que se presentan son
alarmantes e indican gravedad, es indispensable que el tratamiento sea dirigido
por un médico competente.
Es absolutamente
necesario en interés del enfermo y de todas las demás personas que lo
rodean. Mantenerlo enteramente aislado y
en contacto solamente con los que están encargados de su cuidado y estos antes
de ponerse en contacto con personas sanas, deberán asearse las manos, la boca y
la nariz y cambiar de ropa. Es necesario
también la desinfección de las habitaciones cuando haya terminado la
enfermedad.
Como el contacto con
una persona portadora de los gérmenes de la enfermedad es suficiente para
producir el contagio, deben considerarse como peligrosos: el de saludar
estrechando la mano, el beso y el abrazo.
En consecuencia conviene abstenerse de esos actos.
Puebla de Zaragoza, octubre 19 de 1918.
Dr. LUIS UNDA
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