Un espacio de opinión crítica y constructiva sobre temas de interés nacional con un enfoque objetivo sin exclusión ni prejuicios de clases sociales, políticas, sexo o religión.

Juan Ramón Martínez

Gotas del Saber (12)

 

Juan Ramon Martínez


I

“El 30 de septiembre de 1978, por decreto número 674, La Junta militar de Gobierno, en Consejo de Ministros, resolvió asociarse al dolor que embarga a todos los pueblos de la tierra, declarando tres días de duelo por el infausto deceso de su Santidad el Papa Juan hablo I, debiendo permanecer el Pabellón Nacional izado a media asta en los edificios públicos durante el tiempo mencionado” (Alexis de Oliva, 187). El Papa Juan Pablo I, apenas había cumplido el primer mes de pontificado, cuando fue encontrado muerto en su habitación privada en el Palacio Evangélico. Su médico declaro que, había muerto de un ataque en el miocardio. No se efectuó ninguna autopsia, aunque circularon y todavía se manejan, relatos en el sentido que, fue asesinado porque se preparaba para denunciar los actos dolosos de la Banca Vaticana. En el conclave convocado, posteriormente, fue elegido Juan Pablo II, el cardenal polaco, Carol Wojtyla.

II

En la Gaceta de Honduras, tomo 4, Comayagua junio 20 de 1861, numero 22, se lee, “Islas de la Bahía. Por la Reyna, Una proclamación. Por cuanto, por un tratado entre nosotros y su excelencia el Presidente de la Republica de Honduras, firmado en Comayagua a 28 de noviembre de  1859 y las ratificaciones canjeadas (sic) el 18 de abril de mil ochocientos sesenta, se estipula en su primer artículo lo que sigue: “Tomado en consideración la posesión peculiar geográfica de Honduras, y en orden a asegurar la neutralidad de sus islas adyacentes, con referencia a algún ferrocarril u otra línea de comunicación inter oceánica que pueda contribuirse a través del territorio de Honduras en la tierra firme, S.M.B. conviene en reconocer las Islas de Roatán, Guanaja, Elena, Utila, Barbareta y Morat conocidas como Islas de la Bahía y situadas en la bahía de Honduras, como una parte de la Republica de Honduras”.

“Los habitantes de dichas islas, no serán molestados en la posesión de cualquier propiedad que en ellas hayan adquirido, y conservarán entera libertad de culto y creencia religiosa en lo público y lo privado; pero permanecerán en todo lo demás sujetos a las leyes de la Republica de Honduras. Si algunos de ellos quisieran retirarse de dichas Islas, estarán en plena libertad de hacerlo así, de disponer de sus bienes raíces u otros cualquiera, como lo crean conveniente, y de llevarse consigo todos los valores realizados. La Republica de Honduras se compromete a no ceder dichas islas o cualquiera de ellas, o ninguna parte de dicha soberanía sobre dichas islas, o cualquiera de ellas, o ninguna parte de dicha soberanía a ninguna nación o Estado cualquiera. Por esto nosotros proclamamos que, hoy, cedemos las Islas arriba expresadas (sic) y según la lectura del tratado, a la Republica de Honduras. Testigos, su Excelencia Thomas Price Esquire, nuestro ayudante gobernador de las Islas de la Bahía, en Roatán, hoy día primero de junio, en el veinte y cuatro de nuestro Reinado, annoque Domine, un mil ochocientos y sesenta y uno. Por mandato. Alex W. Moir, presiding Magistrate Islas de la Bahía”

III

El 6 de septiembre de 1978, ante los Triunviros, seis nuevos vice ministros juraron los cargos. Los nuevos subsecretarios son: Leónidas Rosa Bautista, de Gobernación y Justicia; Hermes Bertrand Anduray, de Cultura y Turismo; Carlos Manuel Zeron de Integración Económica y Comercio Exterior; Jorge Ramon Hernández Alcerro de Relaciones Exteriores; Manuel Octavio Santos de Salud Pública y teniente coronel Ovidio Mendoza de Defensa. Estos cambios, formaban parte de la depuración emprendida por los militares, entre sus cuadros y los mandos civiles del gobierno. En Memorándum del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas, de fecha 16 de julio de 1978 y cuyo incumplimiento por parte de Juan Alberto Melgar, provoco su salida de la Jefatura del Estado, se lee que, se debe proceder a “depurar las Secretarias de Estado de aquellos elementos comunistas reconocidos y enemigos del gobierno, particularmente en la Secretaria de Salud Pública y Educación Pública”. Además, se ordenaba “a quien corresponde sean nombrados en el servicio exterior los siguientes oficiales: coronel José Jorge Solorsano, coronel Cesar Elvir Sierra, teniente coronel Juan Ángel Arias Rodríguez, teniente coronel Erin O´ Connor Bain y teniente coronel Carlos Aguirre Corrales…. Y que sean sustituidos definitivamente de cualquier cargo del gobierno o instituciones autónomas y semi autónomas, las siguientes personas: abogado Manuel Acosta Bonilla, abogado Gautama Buda Fonseca, licenciado Manlio Martínez, abogado Oscar Flores y abogado, Enrique Ortes Colindres”. Terminaba el aludido memorándum con las siguientes expresiones: “Con la fe que sabrá interpretar nuestras intenciones, aprovechamos la oportunidad para reiterar a usted nuestra solidaridad plena con sus actuaciones y nuestra lealtad en la alta gestión que le ha encomendado este Consejo. General Policarpo Paz García y los 27 tenientes coroneles que integran el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas”. Melgar no quiso cumplir las buenas intenciones de sus compañeros de armas y fue destituido del cargo.

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Sobre el autor

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Olanchito, Yoro, 1941. Realizó estudios de profesorado en Ciencias Sociales en la Escuela Superior del Profesorado y es licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Divulgador cultural y periodista de oficio, Juan Ramón Martínez Bardales es columnista del diario La Tribuna desde 1976, medio en el que también coordina los suplementos Tribuna cultural y Anales históricos. Además, mantiene una columna en La Prensa de San Pedro Sula y una semanal en la revista Hablemos Claro.