Juan Ramón Martínez
I
“Cuando los castellanos
invadieron lo que sería la gobernación de Honduras, no era el momento adecuado
para pensar en operaciones mineras. Lo primero que debía materializarse era la
conquista de la tierra y el sometimiento de la población nativa, y en esas
labores de pacificación intervinieron los esclavos negros. El caso más insólito
de cuantos se han documentado, fue el de Juan Bardales, perteneciente a la cuadrilla
del vecino trujillano Antonio de la Torre, uno de los primeros pobladores de
esa villa, que empleo a su esclavo en las campañas contra los nativos. El
comportamiento de Bardales fue sobresaliente y se ganó el respeto de sus
compañeros de armas, su acción más destacada fue en una refriega contra los
indios de la sierra, cuando los indios hirieron de muerte al capitán Saavedra,
lugarteniente de Cortes en Honduras; “que si no fuera por el dicho Juan
Bardales y por su buen esfuerzo de trabajo los indios lo llevaran al dicho
capitán y a otros cristianos que estaban malheridos…”. El arranque de heroísmo
estuvo a punto de costarle la vida, pues alcanzado por cuatro o cinco flechas
Bardales convaleció sin asistencia hasta que se curó por el mismo. Tras una década
de compartir penurias, de la Torre libero a Bardales que desde entonces fue un
vecino más de la comunidad, optando y obteniendo 100 tostones de remuneración
de la Corona por sus méritos y servicios” (AGCA, al 29, legajo 4677, exp.
40220, “Probanza de Juan Bardales uno de los primeros pobladores de Honduras,
1590, citado por Pastor Gómez Zúñiga, “Minería Aurífera, esclavos negros y
relaciones interétnicas en la Honduras del siglo XVI” (1524—1570), Colección de
Estudios Históricos y Antropológicos, Instituto Hondureños de Antropología e
Historia, Tegucigalpa, Honduras 2012, página 108),
II
Según Mayes Huete, “El Obispado
de Honduras se fundó en el año de 1539, en el Puerto de Trujillo, por Bula
de S.S. Paulo III, siendo el primer
Obispo el Ilustrísimo Señor Don Cristóbal de Pedraza. El segundo Obispo fue el Ilustrísimo
Señor Don Fray Gerónimo de Corella, quien en 1561 traslado el Obispado a la
ciudad de Comayagua. Durante este tiempo, el Obispado de Honduras fue
sufragáneo del de Santo Domingo, hasta el año 1743, que lo fue del de Guatemala,
por haberse erigido este en Arzobispado. En el año 1806, la división
eclesiástica del Obispado de Comayagua comprendía 33 curatos. El gobierno
eclesiástico supero al civil en cuanto a obra de pacificación de los espíritus,
en aquellas zonas de difícil acceso y dejando obras de cultura que dieron
lustre a algunos de los Obispos y Frailes, como en el caso especial del Ilustrísimo
y Reverendísimo Señor Don Fray Alonso de Bargas y Abarca, quien fundo el
Colegio Seminario de Comayagua, que fue el centro de cultura más elevado de
Honduras, ya que no tuvo Universidad sino después de la Independencia”.( Mayes,
“Honduras en la Independencia de Centro América y Anexión a México”, página
12).
III
“Entre 1913 y 1917, las áreas optimas
de agricultura tropical del caribe hondureño se pusieron bajo el control de las
compañías bananeras norteamericanas. Esto complemento la incorporación del
sector de exportación productor del excedente más viable de la economía
capitalista internacional, un proceso que empezó con el desarrollo y control
extranjero de la minería en los años 1880. El hecho que Honduras se encerró
dentro de un síndrome de subdesarrollo capitalista en un estatus de
“suministrador”, no se debió a algún drang (camino estrecho) repentino y conspiratorio
por parte de los capitalistas de Nueva Orleans y Boston, ayudados por los
dóciles y conspiradores políticos de Washington y Tegucigalpa, Al contrario,
las compañías fruteras (bananeras) estaban asegurando y nacionalizando sus inversiones
en el extranjero, así como en los Estados Unidos. Mientras que su gobierno perseguía
un curso independiente, inicialmente impidiendo más (que) facilitando sus
esfuerzos. El gobierno hondureño siguió la política concesionaria hasta su
final lógico. Después de tres décadas logrando la reacción deseada. Las elites
estaban cosechando los extensivos efectos de la inversión extranjera, sin
perder su dominación del mundo interior, o sea la verdadera Honduras. Los
“desiertos” (espacios vacíos, tierras sin utilización) estaban siendo
desarrollados óptimamente y el verdadero ingreso gubernamental, aumento sin
esfuerzo alguno. Finalmente, suficientes mejoras materiales estaban
produciéndose en el interior del país como para satisfacer el modelo
paternalista del gobierno elitista” (Charles
Brand, los antecedentes del subdesarrollo capitalista de Honduras, hasta 1919, página
112).
IV
El Presidente Manuel Zelaya
Rosales, “ordeno a las Fuerzas Armadas que se dedicara a la Protección y
Conservación del Bosque, designando el 1% del presupuesto nacional para esta
tarea, la cual fue dirigida a la Biosfera del Rio Plátano donde se instaló un
campamento organizando una Fuerza de Tarea con el nombre de “María Karla Tejeda”,
para proteger la fauna, flora y los recursos hídricos del área, a la cual se le
dio una campaña de publicidad internacional, invitando a la zona, en varias
ocasiones, a los Embajadores y Cónsules acreditados en Honduras de todo el
mundo. Desde este momento, otorgo beneficios a los miembros de las Fuerzas
Armadas, incrementando durante su periodo un 100% de los sueldos asignados,
manteniendo a las Fuerzas Armadas a su servicio y lealtad, para el cumplimiento
de todas las misiones asignadas y descuidando las Fuerzas Armadas su
adiestramiento por la asignación de misiones por parte del Poder Ejecutivo” (Juan
Ramón Herculano Cruz, Secretario General del Estado Mayor Conjunto) “Crisis Política
en Honduras creada por el gobierno de Manuel Zelaya Rosales durante el periodo
del 2006—2009”, pagina 27).
V
El año de 1932 fue, económicamente, muy difícil para el presidente liberal, Vicente Mejía Colindres. La crisis económica era total y general. “A los empleados y maestros de escuela --que en aquel tiempo les pagaba la municipalidad—se nos llegó a deber hasta 4 y 5 meses de sueldos y a los maestros 9 o 10 meses; nos daban vales. Talvez se necesitaba unos 50 u 80 lempiras para pagar la casa o la provisión, y solos nos daban 20 lempiras, y eso nos obligaba a vender los recibos de sueldo al comercio, para que el comerciante, al hacer sus pagos de impuestos municipales, los daban como efectivo, pero tenían tantos recibos de maestros de escuela y empleados municipales que, ya no podían comprar más y hubo comerciantes que lo tomaban, la mitad en efectivo y la otra mitad en mercaderías, eso lo hacían los comerciantes mas cristianos, porque había comerciantes que le daba en efectivo pero quitándole la tercera parte y hasta la mitad del valor del recibo” (Chalo Luque, Las Revoluciones en Honduras, pág. 69) Ese año, se efectuaron elecciones generales para suceder al presidente Mejía Colindres. El candidato liberal era José Ángel Zúñiga Huete y el del Partido Nacional, Tiburcio Carias Andino. Gano la oposición y los Mayores de Plaza, todos liberales, se levantaron en contra del gobierno de su partido, tratando de evitar la sucesión presidencial. Al movimiento de los militares se le llamo “La Revuelta de las Traiciones”. Al final, con armas proporcionadas por el Salvador y la cooperación de Carias Andino y sus armados seguidores, la revuelta militar fue derrotada. Y Mejía Colindres, le entrego, en una acción ejemplar a su adversario político, la titularidad del ejecutivo que le había otorgado el pueblo en elecciones generales. Ejemplaridad que no imito Carias Andino, cuatro años después.
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