Un espacio de opinión crítica y constructiva sobre temas de interés nacional con un enfoque objetivo sin exclusión ni prejuicios de clases sociales, políticas, sexo o religión.

Juan Ramón Martínez

GOTAS DEL SABER (27)

 Juan Ramón Martínez


Terencio Sierra

I

El miércoles 1 de febrero de 1899, el general Terencio Sierra – que se hacía llamar ingeniero, aunque Paulino Valladares escribió que, nunca mostro título alguno para confirmarlo—asumió la Presidencia de la Republica. Fue el segundo mandatario de la llamada Revolución Liberal, acaudillada por Policarpo Bonilla y apoyada, en forma abierta, por las tropas de José Santos Zelaya, gobernante de Nicaragua. En el acto de asunción del cargo, Policarpo Bonilla le entregó una copia de la Constitución – llamada la “gloriosa”—comprometiéndole para que, en cuatro años más, hiciera lo mismo con otro hondureño elegido por el pueblo. Sin embargo, al finalizar su mandato, impuso a Arias en oposición a Manuel Bonilla, quien se levantó en armas, en la llamada revolución de 1903. Sierra fue derrotado en la batalla del Aceituno, departamento de Valle y abandonó el país, asilándose en Nicaragua, desde donde en marzo de 1907, regresó para deponer de la presidencia al general Manuel Bonilla. Es posiblemente el gobernante más emocionalmente inestable, en la frontera de la locura, según lo dejo escrito Froilán Turcios.

II

El 3 de febrero de 1923 fue consagrado como segundo arzobispo de Honduras, Monseñor Agustín Hombach. Nacido en Alemania y miembro de la congragación de los “Paulinos”, había llegado al país en 1911, para atender la dirección del Seminario Diocesano San José. Era un recio intelectual, un teólogo de muchos brillos y en tal condición, libró en los periódicos, varias polémicas sobre la existencia de Dios, la utilidad de la Iglesia Católica y las relaciones entre ciencia y fe. Murió en octubre de 1933. Gobernaba Honduras, para entonces, Tiburcio Carias Andino. Desde entonces hasta 1947, la dirección de la Iglesia Católica estuvo vacante, por la oposición de Carias Andino que se nombrara a Monseñor Morales Roque – de familia liberal – y porque el prefería a Monseñor Ernesto Fiallos, al que el Vaticano consideraba muy débil.

III

El 4 de febrero de 1862, Victoriano Castellanos, en su condición de vicepresidente a la muerte violenta de José Santos Guardiola, ocurrida a manos de un miembro de su Guardia de Honor. Castellanos, era un liberal – de los de entonces que muy poco tienen que ver con los de ahora – que mantenía una firme amistad con Gerardo Barrios. Cuando ocurrió la muerte de Guardiola, Castellanos se encontraba en Suchitoto, El Salvador. Asumió el poder en Guarita, departamento de Gracias, mientras Medina, después de haber fusilado a los implicados en el magnicidio, se hizo nombrar Jefe del Estado, por traspaso que le hiciera el Senador Montes. Castellano que no conocía las intenciones de Medina, después de nombrar como ministro general a Carlos Madrid, “se trasladó a Santa Rosa de Copan, donde reunió ambas cámaras bajo la presidencia del senador José María Medina y propicio algunas reformas legales” (Víctor Cáceres Lara, Efemérides Nacionales, Tomo II, página 49).

IV

El 16 de febrero de 1965, “se efectuaron elecciones para diputados a la Asamblea Nacional Constituyente”. Estaba en camino el proceso de constitucionalización del régimen de facto encabezado por Osvaldo López Arellano que el 3 de octubre de 1963, había desalojado violentamente de la titularidad del ejecutivo a Ramón Villeda Morales. Según Correo del Norte, periódico semi oficial que se editaba en San Pedro Sula, en su edición del 18 de febrero informó que “más de medio millón de electores, depositaron sus votos, lo que nos indica que no hubo temor en el pueblo por concurrir a las urnas”. Según el mismo periódico, citado por Alexis Oliva en Gobernantes Hondureños, Siglos XIX y XX, pagina 84, los resultados fueron los siguientes: Partido Nacional, 328.412 votos; Partido Liberal 267. 808 votos. De acuerdo al Correo del Norte, de fecha 19 de febrero, el Partido Nacional logro 36 diputados y el Partido Liberal 29”.

V

Según Mayes Huete, “En el mismo año de 1818, don Isidro Bosques, escribano del Ayuntamiento de Santiago Laiguala, del Partido de Gracias, pidió al subdelegado de Gracias, del fondo de comunidades, 500 pesos para establecer una Escuela de Primeras Letras, en virtud del Real Despacho que manda… ”que en todos los pueblos debe haber Escuelas de Primeras Letras, para la buena crianza de los niños”. En Tegucigalpa, sigue diciendo el autor citado “el Ayuntamiento hizo gestiones para fundar Escuelas de Primeras Letras, el 19 de diciembre de 1817; y como no tuvo resultado esta gestión, el Ayuntamiento, en vista de los escases de fondos, suplió su falta, pues los vecinos voluntariamente, contribuyeron con una suscripción, logrando abrir la Escuela de Primeras Letras, el día 4 de mayo de 1821. Se nombró maestro de ella a don Manuel Aqueche, con la dotación de quince pesos mensuales. Los miembros del tan importante Ayuntamiento eran: Esteban Guardiola, Felipe Santiago Reyes, Mariano Urmeneta, Francisco Juárez, Dionicio Gutiérrez, Manuel Ugarte, Eusebio Ruiz y Dionicio de Herrera”.

VI

El 7 de febrero de 1980, durante el Gobierno de la Junta Militar (Paz García, Cruz y Rodríguez), “emisarios del Presidente Carter de los Estados Unidos, entregaron un informe de derechos humanos. El documento en líneas generales recoge los mismos antecedentes que sobre Honduras fueron presentados al Congreso de los Estados Unidos, el año anterior”.

VII

El 14 de febrero de 1980, informa La Tribuna “más de mil 500 trabajadores de la Standard tomaron anoche la decisión de irse a huelga general. El Presidente del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Standard Fruit Company (Sutrasfco) Mariano de Jesús Gonzales, confirmo anoche a La Tribuna que a partir de hoy quedan paralizadas todas las actividades de la trasnacional bananera, al determinar más de 6 mil 500 obreros y empleados, lanzarse a una huelga general por una serie de violaciones que últimamente viene cometiendo la empresa, en perjuicio de los trabajadores” (Alexis Oliva, página 208).



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ASÍ SE CELEBRÓ EL CENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE HONDURAS EN 1921

 

Miguel Rodríguez A.

Rafael López Gutierrez

Un siglo después de haberse dado la gesta independentista centroamericana respecto a la administración colonial española, los cinco países que conformaron la Capitanía General de Guatemala, se encontraron con una realidad compleja, diferente a 1821. La idea central de 1921 fue celebrar el centenario de ese hecho histórico, que cada país celebro de diferente manera. En el caso hondureño, la administración del Presidente Rafael López Gutiérrez llevo a cabo una serie de actos públicos que demostraban a la ciudadanía la importancia de conmemorar 100 años de historia independiente a través de diferentes manifestaciones culturales y sociales, llevadas a cabo en primera instancia por las autoridades gubernamentales y la población en general.

El espíritu del centenario se vio orientado por la coyuntura política, social y cultural de la época, donde los intentos unionistas centroamericanos fracasaron y se avivo la idea del antiimperialismo, principalmente entre intelectuales y políticos.

El espíritu de unión centroamericana en el año del centenario se vio favorecido con la ratificación unánime del Pacto de Unión de Centroamérica en San José de Costa Rica el día 19 de enero de 1921. La prensa, la intelectualidad y la sociedad lo expresaban a través de manifiestos y posteriores actos públicos. Así los confirmo el diario El Heraldo de La Ceiba, cuando se decretó el 15 de septiembre la federación centroamericana. Por otra parte, se firma el convenio de celebración del primer centenario de la independencia de Centroamérica en la ciudad de Guatemala. Honduras acreditó al doctor Ernesto Argueta como delegado para integrar el Comité del Primer Centenario en ciudad Guatemala.

En Tegucigalpa y Comayagüela, así como en muchas ciudades hondureñas, se celebró con obras públicas, bailes, discursos y la conmemoración de los próceres de la independencia. En Comayagua, se celebró el centenario limpiando la ciudad, se construyó un quisco y se mandó a pintar las casas. Así mismo, en zonas al interior del país, con la diligencia de muchos estudiantes y profesionales radicados en Tegucigalpa celebraron el centenario realizando veladas como tertulias literarias, y una comisión de festejos locales. Esto último se confirmó para el caso de Langue, Guayape y Morolica. Dentro de esta dinámica se reconoce la primera corporación del municipio de San Vicente del Centenario sita en Santa Barbara.

San Pedro Sula y las demás ciudades en la costa atlántica no se quedaron atrás en las celebraciones. En la primera, la comunidad árabe mando construir un parque llamado Palestina. En Tela tanto las empresas privadas extrajeras como los nacionales participaron activamente en la celebración. El general Arturo G. Matute donó 75 pesos oro. También lo hizo la Tela Railroad Company con 500, Juan R. López con 100, la Municipalidad con 500, J. A. Kawas con 10, D. L. Balderach con 25, entre muchos otros. En La Ceiba, la Compañía Vaccaro, el ingenio Montecristo y otras contribuyeron técnica y económicamente para la celebración del centenario.

En este marco se publicada la obra del escritor Catarino Castro Serrano: Honduras en la primera centuria. Nuestra vida pública, diplomática, militar y cultural. Así mismo, es contratada la edición de un álbum gráfico del centenario con una empresa en San José de Costa Rica.

Los discursos fueron generalizados. Luis Andrés Zúñiga pronunció un discurso en el parque central el 15 de septiembre. También lo hizo Luis Batres augurando nuevos tiempos donde prevalecerían la aurora de civilización, progreso y libertad. Las escuelas y colegios de Tegucigalpa cantaron el himno a Centroamérica. Los poderes del Estado y los ciudadanos asistentes prometieron, mediante juramento su fidelidad al Escudo y Pabellón de la Patria Grande.

El gobierno hondureño presidido por López Gutiérrez consolido en el marco del centenario la idea del unionismo que a la postre fracasaría pero que en su momento se designó a la ciudad de Comayagua como sede de las sesiones extraordinarias del Consejo Federal. La comisión nombrada para la celebración de dichos actos conmemorativos: el 15 de septiembre, centenario de independencia y otros actos paso los 4,302.71 pesos de la cual, la comisión invirtió 1,827.00 pesos. Ello nos da la idea concreta de que dicho evento histórico estuvo auspiciado por las autoridades gubernamentales y el numerario privado.

En la celebración del centenario e inspirado en el movimiento unionista, el historiador Rómulo Ernesto Durón arregla un himno centroamericano con la letra adaptada de la Granadera.

En medio de una multitudinaria concurrencia de espíritu unionista se inauguró El Obelisco, símbolo victorioso del primer centenario de la independencia patria, 1821-1921, en la Plaza de El Soldado en Comayagüela. Esta obra es quizá la más insigne de cómo se celebró el centenario en 1921.

Este año tenemos la oportunidad de conmemorar 100 años más de historia, momento clave para repensarnos como hondureños ciudadanos del mundo.

 

Fuentes

Bardales, A., & Lemus, M. (2019). Remembranzas del Centenario de Independencia de Centroamérica 1921. Revista Estudios.

Donativos para fiestas patrias. (11 de septiembre de 1921). La República, pág. 1.

El Heraldo de La Ceiba centroamericanista. (18 de octubre de 1924). El Heraldo de La Ceiba, pág. 1.

 

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El Bicentenario y la Política Exterior de Honduras.

Ismael Zepeda Ordóñez


La suscripción en Managua del tratado Bryan- Chamorro entre Nicaragua y Estados Unidos en febrero de 1913, desencadenó una fuerte oposición en los pueblos de Centroamérica. La instalación de una base naval en el Pacifico y la construcción del canal interoceánico por el paso del rio San Juan, son las partes esenciales del tratado con una vigencia de casi un siglo. Las oscuras negociaciones del convenio despertaron sospechas en los medios de prensa de la región, y en Tegucigalpa El Cronista reprodujo esas sensaciones. Un sentimiento antiestadounidense recorrió como un reguero de pólvora la región. La formación de Ligas Patrióticas en las principales ciudades alentó un sentimiento antiimperialista y en las plazas los oradores pronunciaron discursos con un alto sentido de defensa de la raza latina y una continua denuncia de la intervención en los asuntos internos de los países centroamericanos. Los Estados de El Salvador y Costa Rica presentaron ante la Corte Centroamericana de Justicia demandas para declarar sin valor y efecto la suscripción del tratado, pese a la ratificación del tratado en Washington por Nicaragua y Estados Unidos el 5 de agosto de 1914. La Corte resolvió a favor de los Estados demandantes, y Honduras protestó porque El Salvador planteó un estado de comunidad de todas las costas e islas pertenecientes a Honduras, nombrando como agente confidencial al Dr. Manuel Delgado para un arreglo sobre esos extremos. La Corte ratificó que el tratado Bryan-Chamorro violaba el tratado de Paz y Amistad firmado en Washington el 20 de diciembre de 1907. El inicio de las hostilidades en Europa que dieron origen a la Primera Guerra mundial disminuyó la movilidad de la resistencia a la vigencia del tratado Bryan-Chamorro. La Liga de El Salvador contrató al abogado Policarpo Bonilla para que presentara en Washington iniciativas que condujeran a dejar sin vigencia el tratado. Esa representación es una muestra clara de la importancia de la lucha antiimperialista en Centroamérica. Varias organizaciones gremiales y mutualistas de América Central enviaron pronunciamientos al presidente Wilson expresando su oposición al tratado En 1917, el canciller Mariano Vásquez, graduado en la Escuela de Derecho de Occidente, ex juez de Letras de La Paz, escritor de temas jurídicos y diputado, candidato a vicepresidente en 1923; inicio una ofensiva diplomática bajo la figura del unionismo en los países centroamericanos. En Honduras las movilizaciones inspiradas en el movimiento unionista circularon por todo el país. El 17 de agosto de 1917 se constituyó el Comité Central Unionista para coordinar las actividades en favor de la reconstrucción de la República Federal de Centroamérica. El Comité Central se adhirió incondicionalmente a la iniciativa del ministro Vázquez. El delegado salvadoreño Salvador R. Merlos comunica al Comité unionista que llegara a Tegucigalpa para respaldar la iniciativa unionista. El Salvador acepta la iniciativa de la Unión de Centroamérica. La Republica de Costa Rica respalda el movimiento unionista impulsado por Honduras en comunicación oficial del 23 de agosto de 1917, y Guatemala expresó su adhesión al movimiento unionista el 21 de septiembre de 1917. Un manifiesto del unionismo a los pueblos de Centroamérica circuló en los principales periódicos de la región, exhortando a los gobiernos a la reconstrucción de la República Federal.  Pese a los negociaciones para poner fin a los conflictos por límites territoriales con Guatemala y El Salvador, el espíritu unionista, prevaleció. El inicio de las negociaciones por los derechos de las Islas del Cisne con los Estados Unidos no frenó el entusiasmo por la unidad centroamericana. Y la firma del Pacto de San José el 19 de enero de 1921, abrió espacios para ratificar el sentimiento unionista. Un acuerdo para celebrar en forma conjunta en la ciudad de Guatemala los actos del primer centenario  de la Independencia Patria, renovó las esperanzas por la unidad centroamericana. Y la política exterior de Honduras por la unión de Centroamérica fue aplaudida y respaldada por los demás países. Este año 2021, que conmemoramos el Bicentenario de la Independencia debe impulsarse una política exterior que exprese los sentimientos de identidad y memoria colectiva de Honduras para que los compatriotas que por diversas razones han dejado el terruño patrio, se sientan llamados a participar de los actos alusivos a la conmemoración del Bicentenario. Hoy que existen varios organismos de carácter regional, Honduras debe vanguardizar la iniciativa por convocar una conmemoración unitaria con alto espíritu unionista. Esa es la tarea urgente de la política exterior de Honduras, hoy por hoy.            

Referencias:

1.- Fondo de Policarpo Bonilla. Carpeta año 1914. ANH.

2.- Vásquez, Mariano.  Memoria de Relaciones Exteriores, 1916-1917. Tipografía Nacional. Tegucigalpa.

3.-Alvarado, Jesús. Memoria de Relaciones Exteriores. 1918-1919. Tipografía Nacional. Tegucigalpa.

4. Reina, Antonio R.  Memoria de Relaciones Exteriores. 1920-1921.

5. Valladares, Paulino. Diario El Cronista. Tegucigalpa. Imprenta Calderón. Años 1917-1921. Hemeroteca del Archivo Nacional y Colección Hondureña de la UNAH.

6. Duron, Francisco José. 1962. Las Islas del Cisne en la cartografía de los siglos XVI-XX.  Scuola tipográfica Istituto Gualandi. Roma.

7. Ferro, Carlos A. 1972. El Caso de las islas Santanilla. Publicaciones de la Oficina de Relaciones Públicas de la Presidencia de Honduras.

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VIDA Y MUERTE DEL “COMANDANTE” ROGER ELUDIN GUTIERREZ

 Juan Ramón Martínez



Solo lo vi una vez. En Casa Presidencial. En 1991, en una rueda de prensa en que la que el presidente Rafael Leonardo Callejas, me sentara a su lado y me lo presentara diciéndome, “es tu paisano”. Nos estrechamos las manos y le pregunte: usted es de Olanchito; si me respondió. Y Callejas agrego, hasta parece que, “fueran parientes”. Reímos los tres. Adusto a la derecha de Callejas, Discua Elvir frunció el ceño de forma natural. Roger Eludin Gutiérrez lucia joven, muy joven. En ese tiempo todos los éramos. Pero pese a los evidentes maltratos de la vida clandestina y el exilio lucia más joven que yo. Delgado. Muy delgado, tocando peligrosamente la frontera de la desnutrición. La frente amplia, el pelo crespo y el color de la piel similar al mío, mi hizo sentir una natural simpatía por él. Vestía una guayabera que había sido blanca hacía muchos años.  Era 14 años más joven que yo. A la derecha de Callejas, en el Salón de los Espejos, Discua Elvir, Jefe de las Fuerzas Armadas y a la izquierda del gobernante, el suscrito a la par de quien ese día supe que se llamaba Roger Eludin Gutiérrez, y más allá, un dirigente que conocía de nombre por su desempeño en las empresas campesinas de la costa norte y que solo recuerdo su apellido: Rivera. Al frente, periodistas ansiosos por la noticia que ex guerrilleros que habían venido de Cuba, se integraban a la legalidad, en función de los acuerdos de Esquipulas, por medio del cual, se buscaba reestablecer la paz en la región. Callejas explico que tenía el gusto de presentar a un grupo de compatriotas que, hasta ese momento, habían escogido la vía armada como la vía expedita para llegar al poder; pero que ahora, habían decidido dejar las armas e incorporarse en la vía democrática. Repitió sus nombres y le dio la palabra a Roger Eludin Gutiérrez que, con palabra fácil, explico que eran miembros de los Cinchoneros y que, por ese acto, dejaban el uso de las armas para buscar, por la vía electoral, la presidencia de la república. Por el tono de la voz y la arrogancia con que se refería al tema de la facilidad para llegar del poder, no tuve dudas que era mi paisano. Un “Olanchito”, típico y natural. Arrogante, retador y propositivo. Siempre dispuesto a la controversia. Y, a la discusión.

En las preguntas, la mayoría de los periodistas – poco enterados de lo que se trataba y menos de la lucha que en los ochenta había librado esta facción, escindida del Partido Comunista de Honduras, escogieron la vía armada, cansados de esperar las condiciones objetivas para el asalto al poder-- mostraron que habían olvidado los hechos violentos que se han habían producido unos pocos años antes en el país. Ninguno de los periodistas, recordó la toma de la Cámara de Comercio de Cortes, durante el gobierno de Suazo Córdova y, en tiempos en que, Gustavo Álvarez Martínez, era el responsable de la seguridad del país; ni mucho menos el secuestro del avión de SAHSA, durante el que, Emín Abufele, entre asustado y oportunista, obligado por los imperativos del “síndrome de Estocolmo-- le regalo una chumpa de cuero, a uno de los guerrilleros--secuestradores. Por ello, las preguntas fueron bobas, sin sentido, y menos con fundamento. E imprecisas por su falta de puntualidad. Según mis informantes. Gutiérrez Rosales no participo en la toma de la Cámara de Comercio, por lo menos en el primer círculo. Es posible que, lo haya hecho en los siguientes circulos que desempeñaron tareas de apoyo y comunicación.

La apariencia física de Roger Eludin Gutiérrez, no tenía nada que ver con la imagen del guerrillero que nos habían trasmitido lo cubanos. Era de baja estatura, delgado – casi parecía un hombre desnutrido – y humildemente vestido: un pantalón bastante usado y una guayabera que ya había empezado a olvidar que, alguna vez, fuera blanca. Es posible entonces que, los periodistas no hayan valorado la importancia del personaje. Y las preguntas que le hicieron fueron muy generales. Algunas bobas. Recuerdo una de ellas: “en que acciones militares han participado ustedes”, le dijo un reportero. Roger Eludin Gutiérrez Rosales, le respondió que habían participado en la eliminación incluso de un general de las Fuerzas Armadas de Honduras. Inmediatamente, pensé en Álvarez Martínez y concluí que, era una exageración, atribuirse un acto como aquel, excepto que quisieran poner a prueba la lealtad y los nervios de Alonso Discua Elvir, Jefe de las Fuerzas Armadas. O llamar la atención como líder de los Cinchoneros, a los cuales que, para entonces, se les atribuían las dos acciones: el asalta a la sucursal bancaria de El Zamorano y la muerte del general Álvarez Martínez. Los periodistas, no le dieron importancia a la respuesta, de forma que nadie le repregunto para que diera detalles sobre la operación que aun ahora, todavía no se sabe quién la ejecuto. La ceremonia no duro una hora siquiera. Nos levantamos. Yo no me despedí de Gutiérrez y menos de Rivera. Tenía muchas cosas que hacer en las oficinas del Instituto Nacional Agrario en donde era su director. Un tiempo después, el 26 de mayo de 1991, Roger Eludin Gutiérrez, “ uno de los dirigentes del MPL—C es tiroteado y gravemente herido en San Pedro Sula por guerrilleros supuestamente, pertenecientes a una facción contraria del MPL—C. Gutiérrez había regresado ese año del exilio y había aceptado las condiciones de paz impuestas por el gobierno de Rafael Leonardo Callejas” (Mario Berrios, Los Comandantes, San Pedro Sula, Editorial Olanchito, 2005, páginas 210 y 213, citado por Rolando Canizales Vigil, en El Fenómeno de los movimientos guerrilleros en Honduras: El Caso del Movimiento Popular de Liberación “Cinchoneros” (1980—1990). El regreso de Eludin Gutiérrez Rosales y sus compañeros de Cuba, no fue como dice Berrios, la aceptación de las condiciones impuestas por el gobierno de Callejas, sino que fruto de los Acuerdos de Esquipulas, con los que se buscaba establecer la paz en la región. Gutiérrez Rosales, para cuando se presenta en Casa Presidencial, es un hombre calificado como valiente y decidido. Marvin Ponce que le conociera, mientras él se manejaba como activista de la FESE – que estaba dominada por el Partido Comunista, facción china--, lo recuerda con respeto y afecto, llamándolo “mi comandante”, En el tono de la voz de Ponce, aprecio una inevitable admiración por Gutiérrez.

Milagrosamente Gutiérrez Rosales, sobrevivió a los disparos, porque quien acciono el arma, dirigió los mismos al cuerpo y no a la cabeza, lo que hace suponer que era de baja estatura el agresor, igual que la víctima. Según Marvin Ponce, del atentado de Gutiérrez Rosales fueron responsables dos personas “Raulon” (¿) muerto en SPS hace más de 20 años y Diógenes Madariaga que, ejerce actualmente como abogado ante los tribunales de San Pedro Sula”, concluyo Ponce, en una conversación privada.

Roger Eludin Gutiérrez, nació en Olanchito el 6 de marzo de 1955. Su madre se llamaba Josefa Rosales, maestra empírica que se desempeñaba como maestra rural en el municipio. Era una educadora comprometida con las luchas estudiantiles. En la huelga que se efectuara para lograr la oficialización del Instituto Francisco J. Mejía, se enfrentó a los soldados --me recuerda telefónicamente el Ing., Neftaly Martínez, para entonces presidente del Consejo estudiantil del mas antiguo colegio de Olanchito – defendiendo la causa y apoyando a los jóvenes en sus reclamos.  Su padre se llamaba Roger Gutiérrez, me sigue diciendo el ingeniero Martínez “un hombre de baja estatura, complexión débil. Usaba un sombrero alicaído” y por su manera de ser, ratificaba sus costumbres rurales y ademanes suaves. Hablaba con voz baja, apenas audible y pocas veces se exacerbaba o levantaba el tono. Era de pelo indio y tenía una dentadura irregular. Le hacían falta uno que otro diente. No cuidaba su personalidad y vestía muy pobremente”. “Creo, me escribió posteriormente, que era el padre de los dos últimos hijos de la profesora Chepita (Nora y Roger Eludin), ambos de apellido Gutiérrez”. En Olanchito residen hermanos suyos: Nilda. Remberto Doroteo (apodado “llamarada Rosales”), periodista, --en un momento corresponsal de Canal 10 en Roatán, Islas de la Bahía--, donde presumiblemente reside y la hermana menor de Roger Eludin, Nora Gutiérrez, que contrajo nupcias con Carlos Meza y que, vive actualmente en Olanchito.

Roger Eludin Gutiérrez, curso estudios magisteriales en el Francisco J. Mejía. Se graduó de maestro en 1973. Se casó en primeras nupcias con su compañera de estudios Noemí Martínez y con la cual tuvo 3 hijos: dos varones y una muchacha. Con ella, enfrentaron la dureza de la clandestinidad y el miedo a la muerte, en una lucha desigual, a la cual, en ningún momento el pueblo hondureño mostro simpatía singular. Un tiempo después, ya en el exilio, se divorciaron. Ella reside en Dinamarca, casada en segundas nupcias con otro exiliado hondureño. Después del atentado del que sobrevivió milagrosamente, contra todos los pronósticos, Gutiérrez Rosales emigro a Venezuela, -- entonces casado con Susana Escoto, hija del doctor Ezequiel Escoto Manzano que, el 1 de julio de 1956, participo en el Asalto del Cuartel San Francisco, contra el gobierno de Julio Lozano--, en donde se exilió. Allí, desarrollo una exitosa carrera como educador y organizador de la juventud en el Estado de Mirando, al servicio del PSUV, partido gobernante en aquel país, fundado por Hugo Chávez. Tenía conocimientos magisteriales y varios cursos de organización popular, recibidos en Honduras, cuando siendo miembro de la juventud comunista, todavía creía que, para hacer la revolución, era necesario “crear las condiciones objetivas”. Pero que empezaba a dudar que los dirigentes del PCH, alargaban lo más posible, para de esa forma cumplir las órdenes de Moscú, en el sentido de mantenerse quietos, sin crearle problemas a los gobiernos hondureños. Cuando se separó del PCH y funda con otros compañeros el Partido Comunista Marxista Leninista y se integró en el grupo Cinchoneros, cuya carta de presentación fue la detonación de dos bombas propagandísticas en el Parque la Libertad, era un joven bien formado, valiente, cauto y muy discreto. Y para entonces había superado su afición estudiantil a las mujeres, recuerda uno de sus compañeros de entonces en Olanchito.

Después del atentado que fuera víctima en 1991, y una vez salido del hospital donde fue atendido de sus heridas, salió nuevamente del país. Sin forma de confirmarlo, debió regresar nuevamente a Cuba o a Dinamarca. Aquí, le acompaña su primera esposa, de la que pasado algún tiempo se divorcia. Desde aquí, una vez que Chávez llega al poder, se establece en la ciudad de Mérida en el Estado de Miranda, en donde se incorpora como educador político y formador de cuadros comunitarios, para la organización de las bases partidarias de la revolución venezolana. Por sus conocimientos pedagógicos, su simpatía personal y sus experiencias político militares, se ganó el aprecio de sus alumnos y promotores sociales. Víctima de un cáncer, murió el 11 de noviembre en Mérida. Sus alumnos, amigos y admiradores, emitieron sendos acuerdos de duelo y es velado en una sala propiedad del partido gobernante de Venezuela. Amigos de Honduras, nos hicieron llegar las fotografías de su velatorio. Le sobrevive su esposa Susana Escoto y un hijo, cuyo nombre desconocemos.

Tegucigalpa, enero 23 del 2021   




Funerales de Gutiérrez en la Ciudad de Mérida, Venezuela

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La Palabra

 

Academia Hondureña de la Lengua

La Escuela Virtual de Español Correcto: una novedosa alternativa de aprendizaje

Dilia Celeste Martínez

Máster en Español como Lengua Extranjera

 

La semana pasada comencé a tomar un curso de redacción, gracias a una beca que me otorgó la Escuela Virtual de Español Correcto. Este espacio formativo me ha hecho reflexionar sobre varios aspectos que yo desconocía, e incluso, acerca los que ya me percataba. En principio, algunos pensarán que las personas que se dedican a la enseñanza de la redacción deben ser escritores o escritoras de renombre, y mi percepción es que no. La redacción es una habilidad como muchas otras, por lo tanto, no es necesario tener un talento tan especial para dominarla, pero sí mucha práctica y conocimiento de nuestra vasta lengua. Como consecuencia, el tiempo nos ayuda a lustrar dicha destreza.  

Esta pandemia me ha dejado muchas lecciones, entre ellas quiero destacar que ahora más que nunca sostengo que, siempre y cuando los profesores apliquen la didáctica adecuada, las clases en línea pueden llegar a ser tan provechosas como las presenciales. Este es el caso de Diana Guardiola, la mente maestra detrás de esta escuela virtual, y quien se encarga de ofrecer estos cursos que, desde mi punto de vista, cuentan con una metodología de enseñanza muy innovadora que los hace muy diferentes a los demás. Asimismo, es un espacio para interactuar con personas que hablan diferentes modalidades del español, lo cual me parece grandioso.

Los invito a seguirla en sus redes sociales, les prometo que aprenderán mucho.


Conozcamos a una lingüista sin fronteras

De nacionalidad mexicana y española, Diana Guardiola es especialista en lingüística hispánica aplicada. Se desempeña como consultora independiente desde 1987 en los ámbitos empresarial, educativo y mediático. Es licenciada en Letras Españolas, por el Tecnológico de Monterrey; diplomada en Filología Hispánica, por la Universidad de Salamanca; maestra en Humanidades, por la Universidad de Monterrey; maestra en Artes Liberales con especialidad en Enseñanza del español como lengua extranjera, por la Universidad de Navarra; y maestra en Lexicografía, por la Universidad de León y la Real Academia Española.[1]

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GOTAS DEL SABER (24)

Juan Ramón Martínez

I.

Aunque la congregación canadiense “Hermanas de Nuestra Señora del Santo Rosario” no nace con vocación financiera, en 1964 “sus autoridades emprenden la aventura misionera tomando la decisión de iniciar su apostolado en Honduras, en el departamento de Valle, a solicitud de los padres misioneros Javerianos procedentes de Quebec que desde 1955 se habían establecido en esa región. Es así que el 17 de septiembre de 1954 llegaron las primeras religiosas a la cabecera departamental de Valle, Nacaome”. Después se establecieron en Goascorán, desde donde hicieron labor apostólica en Langue y otros municipios.

II.

El 11 de enero de 1982, en el Salón de Sesiones de la Asamblea Nacional Constituyente, en la ciudad de Tegucigalpa, Distrito Central, fue aprobada la Constitución de la Republica –la más longeva de la historia de Honduras—siendo firmada por José Efraín Bu Girón, Presidente; Marco Tulio Castillo, Secretario: Juan Pablo Urrutia, Secretario y sancionada, es mismo día, por Policarpo Paz García, Presidente Constitucional de la Republica. Desde esa fecha, la Constitución de 1982, ha sido objeto de múltiples reformas, con la excepción de los artículos pétreos que se mantienen intactos. En el 2009, Manuel Zelaya Rosales, Presidente liberal, pretendió eliminarla, diciendo que había que cambiarla, porque había sido violado infinitas veces. Su intento concluyó con su salida, el 28 de junio del 2009, del Poder Ejecutivo, por una iniciativa de la Fiscalía General de la Republica y decidida por la Corte Suprema de Justicia. Las Fuerzas Armadas ejecutaron la acción y extralimitándose bajo el argumento del mal menor, lo expulsaron del país, hacia Costa Rica en horas de la mañana de ese último día.

III.

De conformidad a la Constitución de 1982, el 27 de enero – cada cuatro años – han jurado respetar, ejecutar y defender la constitución de la Republica, los siguientes titulares del Poder Ejecutivo: Roberto Suazo Córdova – que pretendió ampliar en dos años su periodo constitucional de 4--, José Azcona del Hoyo, Rafael Leonardo Callejas Romero, Carlos Roberto Reina, Carlos Roberto Flores, Ricardo Maduro Joest, Manuel Zelaya Rosales, Roberto Micheletti Bain, Porfirio Lobo Sosa, Juan Orlando Hernández Alvarado (primer periodo legal) y el primero que logra, en un clima de severa inestabilidad, reelegirse ilegalmente. Todos civiles. Todos graduados universitarios, con la excepción de Zelaya que no concluyo siquiera un año completo en la UNAH en donde se matriculo en ingeniería y Roberto Micheletti que nunca ingreso a ninguna universidad. Cinco graduados en el exterior (Suazo Córdova, en Guatemala, Callejas, Carlos Flores, Ricardo Maduro, Estados Unidos y Porfirio Lobo Sosa en la Unión Soviética y los Estados Unidos) y tres en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Un médico, dos ingenieros, dos economistas, dos abogados, un bachiller en ciencias y letras y un transportista. La elite superior de Honduras, ha sido formada en el exterior. El papel de la UNAH, ha sido y sigue siendo, discreto y distante con la política como ciencia y arte. No tiene una carrera de Ciencias Políticas.

IV.

Con todo y lo convulso del país, solo un presidente de la Republica ha sido muerto violentamente, mientras ejercía el cargo. Se trata de José Santos Guardiola que el 11 de enero de 1862 “a las cinco de la mañana, el soldado salvadoreño (miembro de la Guardia de Honor Presidencial, nota de JRM) disparó su carabina contra el cuerpo del Presidente del Estado, Capitán General Santos Guardiola, produciéndole una herida mortal en el abdomen. El progresista mandatario, gran patriota, celoso defensor de las libertades públicas y cuidadoso guardián de la integridad nacional, ya moribundo, salto sobre el asesino (SIC) y le arrebato la bayoneta de su rifle para intentar defenderse. La herida recibida era desgraciadamente mortal, el gran militar cayó al suelo y a continuación empezó a agonizar en los brazos de su hija Guadalupe, quien había acudido al lugar de la tragedia: la puerta de la entrada del edificio residencial del Presidente en la ciudad de Comayagua justamente donde estuvo el presidio de la ex capital. Aparicio se dio cuenta de que qué, el presidente se encontraba aún con vida y puñal, en mano, se lanzó contra el para rematarlo, pero la víctima le dijo en medio de los estertores de la muerte: “Basta, ya no es necesario” (Víctor Cáceres Lara, Efemérides Nacionales, Tomo II, Publicaciones del Banco Central de Honduras, página 19). 

V.

A más de 200 años de la ruptura de la República Federal de Centroamérica, han sido múltiples los esfuerzos por reconstruir la patria disgregada por los localismos regionales, las egolatrías de los gobernantes, las enemistades y desacuerdos entre ellos. Los intentos han sido varios desde 1839, fecha de la ruptura del pacto federal, del que Honduras fue el primer país en separarse. Gobernaba el estado hondureño, Francisco Ferrera, extraño y singular personaje que fue subordinado, amigo y admirador de Morazán, para al final, convertirse en su más fiero enemigo y visceral detractor. Desde el uso de las armas, hasta las negociaciones diplomáticas. En dos ocasiones, jurídicamente se restableció la ansiada unión. Sin embargo, todas fracasaron. A casi dos siglos, la declaración que aparecía en las constituciones que eran estados separados y que alguna vez volveríamos a ser la nación grande que imaginara Morazán y otros patriotas, este año 2021, como nunca antes, nos encontramos con gobernantes distanciados, que no se relacionan telefónicamente siquiera (Bukele, Hernández y Ortega) que poco les interesa por problemas de comprensión histórica, con es el caso de Carlos Alvarado de Costa Rica, Giamanetty de Guatemala. Estados Unidos, al que con razón Alfredo Trejo Castillo, en el prólogo del informe de Policarpo Bonilla, Presidente de Honduras, sobre sus esfuerzos para crear la Republica Mayor de Centroamérica, escribió que “hemos llegado a la conclusión de que la Unión de Centroamérica solo se sostendrá con el apoyo de los Estados Unidos. Estamos a más de 60 años de aquellos acontecimientos (escribía en 1961) y no ha habido en la práctica nada, ni se vislumbra una verdadera esperanza, ni la habrá sin tal apoyo”. Si viviera Trejo Castillo, se daría cuenta que Estados Unidos, más bien en los últimos años, se ha dedicado a dividirnos más, al crear, para sus intereses particulares, el Triángulo Norte, separando a Guatemala, Honduras y El Salvador de, Nicaragua y Costa Rica, para parafraseando al lobo hablándole a Caperucita Roja, para instrumentalizarnos mejor, ampliando sus fronteras hacia el sur del continente, sin que los gobernantes se den cuenta siquiera. Y reaccionen, con una política propia, conjunta y concertada para defender los intereses Centroamericanos.

VI.

El 23 de enero de 1963, falleció en Dani la mejor novelista que ha producido Honduras, Lucila Gamero de Medina. Poco popular en su ciudad natal, su muerte no estremeció a sus convecinos como se habría esperado. No era una figura popular como ocurre con los escritores en las ciudades en donde el liderazgo político y social está en manos de resentidos analfabetos. Incluso, por mezquindades religiosas, fruto de las visiones sectarias de la época, fue enterrada fuera del Cementerio General de aquella ciudad. Su tumba permaneció durante muchos años abandonada y solo fue ligeramente remozada en la oportunidad en que nosotros presentamos en la Casa de la Cultura de aquella ciudad oriental, un breve esbozo sobre la distinguida autora.     

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"El Divino Leproso"

 Walter Ulloa

José de la Cruz Mena Ruiz nació en 1874, hijo de Yanuario Mena y Cenedonia Ruiz, se interesó en la música gracias a su padre, que le enseñó las primeras lecciones, también le enseñó su hermano, el violinista Jesús Mena, tiempo después aprendió a tocar el cornetín, convirtiendo la música en su pasión, aprendió a tocar la guitarra, piano y otros instrumentos, pero el cornetín era su favorito. 

Tenía cuatro hermanos, Ana, Carlota, Manuel y Jesús; en 1886 muere su papá Yanuario, y su hermano Jesús se encarga de su educación. 

En 1888 ingresa a la Escuela de Música, donde después de aprobar una prueba que consistía en descifrar partituras, es escogido para ser parte de la "Banda de los Supremos Poderes", que dirigía el maestro Alejandro Cousin, de origen Belga (cuñado de José Santos Zelaya), que vio talento en Mena. 

Tiempo después viajó a Honduras, donde logró ingresar a la "Banda de aficionados de Honduras" en Tegucigalpa, luego viaja a EL Salvador, ahí entra a la "Banda de los Supremos Poderes", dirigida por el maestro Enrique Drews, que llegó a ser considerada la mejor banda orquestal en el siglo XIX. 

Estando en la Banda adquiere más conocimientos, hizo sus primeras composiciones y conoció al gran compositor Giacomo Puccini, estando ahí, Mena empieza a tener problemas de salud, pequeñas llagas le salieron en parte de su cuerpo, pero al no tener mejoría, regresa en 1892 a su tierra natal, León, Nicaragua, pero no encuentra a su familia, con los días las llagas aumentaron, y en 1896 se confirma la enfermedad de lepra, lo que lo obliga a dejar su hogar para irse a las orillas del Río Chiquito, y amigos le ayudan a construir una pequeña barraca donde siguió componiendo. 

Inicialmente se dijo que Mena había contraído lepra en Honduras, pero otras fuentes aseguran que fue hereditario, ya que su hermano Jesús Mena murió de dicha enfermedad, al igual que su papá Yanuaro y sus hermanos. 

Mena se veía más afectado por la lepra, pero también tenía buenos amigos, estos lo visitaban y ayudaban a escribir las partituras mientras él silbaba, estando así compuso "Ruinas". 

El entonces presidente José Santos Zelaya, mandó a todos los enfermos de lepra a la Isla Aserradores, contiguo a Corinto, para evitar contagios, algo muy doloroso para él, pues no tendría quien le ayudara en sus composiciones; antes de partir a la Isla, Mena compuso "La Marcha", dedicado al presidente Zelaya, que en un acto público le tocaron, a Zelaya le gustó, desconociendo al autor, al saber de quién se trataba, lo sacó de la lista de los leprosos que viajarían a la isla, y le otorgó a Mena el cargo de sargento del destacamento de soldados de León, para obtener un ingreso económico permanente. 

La enfermedad de Mena cada día avanzaba, pero su pasión por la música lo mantenía con ánimos, además de contar siempre con sus amistades que le alegraban sus días, uno de ellos fue Abraham Morazan, protector y amigo, que en agradecimiento le compuso el vals "Amores de Abraham", este nunca dejó de visitarlo. 

En 1903, la lepra empezaba a mermar sus capacidades físicas, Mena se fue deformando poco a poco, estaba totalmente ciego, perdió parte de sus dedos, su nariz, labios y orejas, afectando a la vez, su hígado, riñón y el corazón. 

En 1904 ganó el primer lugar en los "Juegos Florales" con su vals "Ruinas", que fue ejecutado por su amiga, la pianista Margarita Alonso de Rochi, en el Teatro municipal de León, lo que le dio gran reconocimiento, Mena le pidió a su amigo Bernardino Turcio, llevarlo al teatro, y desde el frente del teatro, escuchó su vals, la gente lo aclamó, gritando: "¡Viva Mena! ¡Viva Mena! En ese mismo año el teatro pasó a llamarse "Teatro José de la Cruz Mena". 

A pesar de su deterioro físico, Mena nunca se sintió solo, la música y sus amigos siempre lo acompañaron, en la noche del 21 de septiembre de 1907, Mena sufre de fuertes dolores y se acostó en su hamaca, amigos lo encuentran a la mañana siguiente muy enfermo, de inmediato fueron a buscar al Dr. Luis H. Debayle, pero al regresar, Mena había fallecido, tenía 33 años, debido al riesgo de contagio, su casa y su cuerpo fueron quemados al instante, durante su sepelio se presentó la banda filarmónica, fue sepultado en el Cementerio Guadalupe. 

José de la Cruz Mena compuso alrededor de 26 vals, entre ellos: Bella Margarita (dedicada a Margarita Lacayo), Lola (dedicado a Lola de Alvarado), Rosalía (dedicado a Rosalía de Icaza), Cuatro misas de Gloria, Yo te amo y Sueños de Amor. 

Después de su muerte, sus vals "Ruinas" y "Amores de Abraham", fueron impresos en Alemania por el maestro Juan Deshon, bajo la autorización de su hermano Manuel Roldán Mena, único sobreviviente de la familia Mena. 

En 2007 sus restos fueron trasladados a la catedral de León.  

José de la Cruz Mena es considerado junto a Luis Abraham Delgadillo y Carlos Tunnerman López, uno de los tres grandes de la música nicaragüense.

 

Harley Ezel

JOSE DE LA CRUZ MENA



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Catherine Camus: “Mi padre no es un santo. Fue un verdadero ser humano”

Marcel Li Sáenz

Albert Camus nunca había sido tan leído desde su muerte en un accidente de coche cuando tenía 47 años, en 1960. La pandemia de coronavirus ha convertido de nuevo su novela La peste en un superventas y a Camus en uno de los autores que iluminan este mundo enfermo y confuso. La editorial Penguin Random House recupera la obra del Nobel y publica, por primera vez en castellano, todos sus artículos periodísticos en el periódico Combat, reunidos bajo el título La noche de la verdad y en traducción de María Teresa Gallego Urrutia. Catherine Camus (Boulogne-Billancourt, Francia, 75 años), la hija del escritor, habló hace unos días por teléfono con EL PAÍS desde la casa familiar de Lourmarin, el pueblo de la Provenza donde está enterrado su padre

¿Qué imagen guarda de Albert Camus?

Era divertido y vivo. Solar. Un ser humano de verdad. Nos escuchaba. Nos prestaba atención. Y no solo eso. Nos dejaba vivir.

¿Qué tipo de padre era?

Justo y tierno. Pero severo. Había que comportarse bien en la mesa, hablar francés correctamente. Y sobre todo: el respeto a los demás. Y no mentir. Tenía una determinación física contra la mentira. Delante de él, no había escapatoria si uno mentía.

¿Le ha quedado marcado algún momento preciso?

Muchos. Un día, con 12 o 13 años, le dije: “Papá, me aburro”. Y me respondió: “Me agobias”. Yo le repliqué: “Pero papá, me aburro”. Él me dijo: “No. Solo los imbéciles se aburren”. Nunca más me aburrí.

¿Le recuerda escribiendo?

Al haber estado muy enfermo, estar sentado o estirando le recordaba al hospital. Siempre estaba en movimiento. Escribía de pie. Pero mi hermano y yo no sabíamos que era célebre.

¿Cómo supo que lo era?

Al morir. Entendí que la celebridad era horrible. Niega la humanidad de las personas.

¿Qué ocurrió?

Mi hermano y yo no existíamos: no era nuestro padre quien había muerto, era Albert Camus. Cuando tres días después regresé al liceo, me decían: “Qué pena, quería que me firmase un ejemplar de La peste”.

Usted no sabía que era célebre, pero sí que era escritor.

Sí, pero en la escuela yo decía que mi padre era carpintero, porque escritor parecía que fuese un holgazán.

Pero había ganado el premio Nobel. Ya era conocido.

Sí, pero para mí esto no significaba nada. En casa no teníamos ni radio ni tele. Le pregunté a papá si había un Nobel para los acróbatas, porque yo quería ser acróbata. Piense que, en mi generación, a los niños nos dejaban ser niños. Nos dejaban en paz. Ahora los niños tienen tal cantidad de información que, en ciertos aspectos, los convierte en pequeños viejecitos.

¿Cuándo empezó a leerle?

Cuando él vivía, leí Calígula. Le dije: “Es divertido”. Se quedó sorprendido. Después de su muerte, intenté leer La peste, pero resultaba demasiado doloroso. A los 17 años lo leí todo, menos El hombre rebelde, que me parecía demasiado abstracto.

A veces, me muero de risa leyéndolo. Él se reía mucho. No era una estatua, ni un pontificador.

¿Cuál es su libro favorito?

La caída. Su libro más logrado. De lleno en la vida, con un lado cómico y patético.

No es habitual hablar del humor en Camus. Se lo toma por un autor muy serio.

Exacto. Pero yo, a veces, me muero de risa leyéndolo. Él se reía mucho. No era una estatua, ni un pontificador. Hacía preguntas, pero nunca daba la respuesta definitiva.

España era importante para él. Decía que lo mejor que había en él era la parte de sangre española

Pero vio cosas que siguen siendo válidas.

Porque escribió para los hombres, como los hombres y a una altura humana. Papá escribía con las tripas, no solo con la cabeza. Por eso los filósofos franceses dicen que no era un filósofo. La filosofía siempre son sistemas, pero como papá escribió: ‘No hay nada verdadero que fuerce a excluir’. El sistema es algo cerrado que excluye todo lo que no entra en él. Desconfiaba de todos los ismos, porque encierran a las personas. Era un hombre libre.

Algunos de los mejores artículos de La noche de la verdad hablan de la España franquista.

España era importante para él. Decía que lo mejor que había en él era la parte de sangre española [su madre era de origen menorquín]. Y, además, estaba [su amante, la actriz española] María Casares…

Hace unos años publicó las cartas de su padre con Casares.

Era magnífica. María escribía muy bien.

¿Fue difícil para usted autorizar la publicación de estas cartas? Eran íntimas y afectaban a su familia.

No. Lo decidí yo. De todas maneras, nos arriesgábamos a que se publicasen de manera no autorizada, como había sucedido con El primer hombre. Así que llamé a [el editor] Antoine Gallimard y publicamos las cartas. Es íntimo, claro, pero es tan bonito.

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GOTAS DEL SABER (25)

I

La revista Tegucigalpa, que se editaba en Tegucigalpa, en su edición del 26 de diciembre de 1918 informó “que ayer a las cuatro y media de la tarde fue gratamente sorprendida la ciudad de Comayagua con la llegada el primer automóvil o sea el número 81, hábilmente conducido por el empresario Mr. Roy Gordon. Gallardo y majestuoso corría por la hermosa avenida de San Sebastián, haciendo la entrada entre las aclamaciones del pueblo, por la amplia y larga calle del comercio, hasta llegar a la casa de gobierno, en donde hizo su primera parada. Venían en él, el señor Gobernador Político, Coronel don Joaquín Medina Planas y su apreciable señora María. 

Por la noche, recorrió el auto las calles de la ciudad, al compás de alegres pasos dobles, entre las vivas del pueblo yendo en él, el Gobernador y Comandante de Armas Coronel Medina Planas; el encargado de Negocios de Nicaragua, General don Evaristo Henríquez, el Presidente de la Corte de Apelaciones, Dr. Don Fernando P. Ceballos; el Alcalde Municipal don Arturo Bendaña; los doctores Jesús Ulloa y Francisco Nolasco, el Ingeniero Alonso V. Valenzuela y don Eduardo Berlioz. El paseo duró hasta las diez, habiendo sido obsequiado los paseantes por el representante de la United Fruit Co.” (Cortesía de José Gonzales desde la ciudad de La Paz).

II

Las guerras civiles que azotaron al país y que impidieron el desarrollo económico y político, fueron, además, un mecanismo de ascenso social y de formación de fortunas personales de quienes tenían éxito en las mismas. Para algunos era una suerte de deporte. Chalo Luque, en las Revoluciones en Honduras, nos refiere que, “unos, muy pocos, íbamos talvez por conseguir una beca para estudiar en la capital si triunfaba la revolución, los que peleábamos con esta, y en la misma forma los que peleaban defendiendo al Gobierno, pues en aquellos tiempos no habían colegios de segunda enseñanza en ningún lugar de la Costa Norte, y además, sin becas era muy difícil para uno muy pobre—como este soldado – ir a estudiar por su cuenta a Tegucigalpa, pues no había las grandes facilidades como hay ahora”. (Las Revoluciones en Honduras, página 126).

III

La población de la provincia de Honduras, “según un informe del año de 1818, de cinco ciudades, que eran: Comayagua, Trujillo, Gracias, San Pedro Sula y Sonaguera; cuatro villas: Tegucigalpa, Choluteca, Nacaome y Yoro; 118 pueblos de indios y 122 reducciones de españoles y ladinos. El total de la población ascendía hacia 1801, a unas 128.000 almas, sin contar los indios, zambos y misquitos, ni la población de Omoa, ni los xicaques y payas. (Don Antonio de Torno, en su informe al Rey dice: eran cien mil almas, 1816)”. (Honduras en la Independencia de Centroamérica y Anexión a México, pagina 13, Guillermo Mayes h.).

IV

Entre 1919 y 1935, Honduras tuvo los siguientes generales “ Generales de División: Tiburcio Carias Andino, Rafael López Gutiérrez, Fidel Bulnes, J. Antonio Sánchez, Teófilo Cárcamo, Máximo B. Rosales y Dionicio Gutiérrez; Generales de Brigada: Vicente Tosta Carrasco, Gregorio Ferrera, Francisco Martínez Fúnez, Romualdo Figueroa, Julio Mejía, José León Castro y Vicente Ayala; Licenciados y General de Brigada: Salvador M. Cisneros, Luis Mejía Moreno, J. Ernesto Alvarado, Isidro M. Amaya, Ladislao Santos, Benito Fonseca Mendoza, Francisco Cardona, Carlos Lagos y Rufino Solís; Generales de Brigada: Roque Jacinto Pérez, José Castro López, Blas Domínguez, Pedro C. Domínguez, Elías Cáceres Arce, Juan Pablo Aplicano, Pompilio Aguilus, Domingo Almendrares, Ceferino Delgado, Isabel Espinoza, José María Reina h., Eduardo Rosales h., Froilán Aparicio, Santiago Nolasco, J. Antonio Inestroza y Emilio Amador; Ingeniero y general de brigada: Abraham Williams Calderón; Generales de Brigada: Inocente Triminio, Pedro Triminio, Gregorio Aguilar, Simón Aguilar, Justo Umaña Alvarado, Juan Z. Pérez, Ángel Matute, Mariano Sanabria, Arturo G. Matute, Carlos F. Sanabria, Manuel Antonio López, Faustino P. Cálix, Joaquín Medina Planas, José María Escoto, J. Inés Pérez, Abelardo Hernández Bobadilla, Leonardo del Cid, Leonardo Nuila, Humberto Barnica Milla, Roque J. Rodríguez, Román Díaz M., Alfonso Ferrari Guardiola, Benjamín Enríquez, Ulises Valenzuela, Toribio Ramos, Juan Ángel Valladares, Filiberto Díaz Zelaya, José María Fonseca, Francisco Valladares, Leónidas Pineda M, Mariano Bertrand Anduray, Manuel A. Hernández, Abraham López, Filadelfo Maudó, Tomas Arita, Lino Zúñiga Fonseca, Camilo Reina, Natividad de Jesús Chinchilla, Inés R. Dueñas, Toribio López, Alberto Pérez Estrada, Julio Peralta, Emeterio Lanza Ramos, Jaime R. Turcios, Lucas Aguilar, Silvano Aguilar, Víctor Carias Lindo, Santiago Meza Cálix, Guillermo Mazier, Andrés Abelino Díaz, Bernardo Claros, Maximiliano Vásquez, Serapio López, Abel V. Villacorta, Pedro C. Cortes, Luis Isaula, Andrés Leiva y Enrique Flores Amador” (Chalo Luque, Las Revoluciones en Honduras, paginas 99, 100, 101).

V

El 29 de septiembre del 2009, se supo que Manuel Zelaya Rosales, ex presidente de Honduras, había ingresado clandestinamente al país. Era su tercer intento. “La forma como llego el ex presidente Manuel Zelaya Rosales a Honduras, sigue siendo un misterio. Un día después de su aparición de manera sorpresiva, en la capital hondureña, las autoridades hondureñas no han dado un informe oficial. El presidente interino, Roberto Micheletti dijo que vino por tierra. En un carro blindado de un conocido político. El ministro de Defensa Adolfo Sevilla, por su parte, comento a la prensa, que lo hizo en un vehículo con placas diplomáticas de un país sudamericano, que no es Venezuela. 

Y, por último, el diputado salvadoreño del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en el poder, Sigfrido Reyes, dijo a un periodista de España que lo hizo en avión: “solo le puedo decir que el presidente Zelaya llego en avión y se fue en avión, declaro Reyes a El País. Según el reporte, Zelaya llego a El Salvador en el avión venezolano que puso a su disposición el presidente de ese país, Hugo Chávez, el que pago una multa de 30.000 dólares por aterrizar sin los permisos respectivos”. (Juan Ramón Herculano Cruz, Crisis Política en Honduras creada en el gobierno de José Manuel Zelaya Rosales, durante el periodo del 2006—2009, paginas 278, 279). También circuló el rumor que había entrado desde Guatemala, en un carro diplomático acompañado de Gloria Oquelí, extremo que no se ha confirmado hasta ahora.   

 

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Sobre el autor

Mi foto
Olanchito, Yoro, 1941. Realizó estudios de profesorado en Ciencias Sociales en la Escuela Superior del Profesorado y es licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Divulgador cultural y periodista de oficio, Juan Ramón Martínez Bardales es columnista del diario La Tribuna desde 1976, medio en el que también coordina los suplementos Tribuna cultural y Anales históricos. Además, mantiene una columna en La Prensa de San Pedro Sula y una semanal en la revista Hablemos Claro.